“Amics del Bou” y “Jovens del Bou” un año más participan en los actos taurinos

En primer lugar fue la peña taurina Amics del Bou quien entraba en el recinto con la charanga portando a su toro y su mascota. El ejemplar que ofrecieron a todo el recinto fue un Antonio Arribas de nº22 y guarismo 3, de nombre Satelito. Nos contaban miembros de la peña que apuntaba mucha bravura y casi tira el cajón durante el trayecto. No obstante tras su buena salida, con tal vez excesivas citaciones por parte de los rodadores, tardó poco en apagarse dado el cansancio que acumulaba del trayecto. A pesar de ello sí tuvo un buen juego y recorrió todo el recinto pero evitando la embestida. Destacar de este animal su buena presencia en la salida, con una hechura adecuada y un negro muy luminoso.

Señalar que este astado, a pesar de que parecía que no daría problemas en la enlazada y posterior cierre, sorprendió a un joven en la Playa Mayor camino de los toriles ocasionándole una cornada de 20cm en el muslo. Concretamente el parte médico facilitado por el médico titular de los toros de la localidad, Gustavo Traver, el joven de 20 años presentaba una cornada en la parte posterior del muslo izquierdo en sentido ascendente y lateral externa de 20cm de profundidad con gran destrozo muscular. D.G.G., tuvo que ser intervenido quirúrgicamente por el cirujano citado en la enfermería de la plaza y después fue trasladado a la Plana para curas y tratamiento antibiótico posterior.

A continuación fueron los jóvenes de la peña “Jovens del Bou” quienes ofrecieron otro buen ejemplar a la plaza. Señalar que la salida de este toro se retrasó debido a un inoportuno acto promocional del Casal de la Festa, motivo por el cual el público expresó su rechazo. Finalmente el animal, que salió con dos crespones negros en señal de duelo debido al fallecimiento de Mosquit, tuvo mucha fuerza en su salida pero luego redujo notablemente su bravura costándole también entrar al cite.

Por la noche se produjo el tan esperado encierro de toros embolados en su segunda edición, un encierro que ya el año pasado causó muchísima expectación entre los burrianenses y las localidades vecinas, hasta tal punto que este año en Vila-real también se organizó uno. El encierro no quedó tan lucido como en el pasado año a pesar de que no quedaba ni un hueco en la plaza puesto que la manada se separó a la altura de la calle San Vicente y dos toros siguieron por la calle Mayor solos, provocando momentos de verdadera tensión ya que nadie los esperaba de cara.

Tras el encierro que fue rápido y sin ningún incidente más a destacar, se emboló un toro de corro cuya embolada resultó la más complicada y con más tensión de todas las Fiestas. A la hora de embolar se soltaron las tenazas que sujetan la cuerda y el toro ha podido soltarse consecuentemente tiró a Maraia, el embolador, al suelo y pasó por encima de él. Finalmente y a pesar de la tensión vivida no hubo mayor repercusión que el problema de que el toro llevó durante un rato la cuerda colgando.