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La residencia de Cáritas lleva cincuenta años cuidando de los mayores de Burriana

La residencia de Cáritas lleva cincuenta años cuidando de los mayores de Burriana
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    La residencia de Cáritas lleva cincuenta años cuidando de los mayores de Burriana - (foto 2)

    El pasado 18 de junio, la residencia de Cáritas Interparroquial de Burriana celebró la efemérides de su cincuenta aniversario con una gran celebración a la que asistió el obispo de la diócesis Casimiro López Llorente y en la que los internos participaron muy activamente. La residencia que comenzó su trabajo en Burriana atendiendo a 9 ancianos, cuenta actualmente con 54 habitaciones individuales, todas ellas completas y con internos de todas las edades.

    Muchos han sido los burrianenses que a lo largo de estos cincuenta años han pasado por un centro que se ha caracterizado por el buen hacer y por una manera de tratar a los internos “muy humana y muy cercana, como es la filosofía de Cáritas Interparroquial”, tal como explicó la directora de la institución en la ciudad, Pilar de Miguel. “El trato es muy bueno y los residentes se encuentran muy a gusto, como lo demuestra que incluso hay gente esperando para poder entrar puesto que en este momento estamos completamente llenos”, indicó la directora.

    En el medio siglo de existencia de este centro, han cambiado mucho la manera de hacer las cosas y de entender la atención a las personas mayores. “Hasta abril de 1992 el centro estaba atendido por religiosas, pero en ese año la Generalitat Valenciana nos concedió quince plazas concertadas y actualmente hay 25”, comentó De Miguel. Y es que en cincuenta años han cambiado mucho las normativas y las leyes respecto al cuidado de las personas ancianas.

    “Al principio era como un hotel, en el que los residentes tenían sus propias llaves, pero ahora las personas que atendemos tienen un estado de salud un poco más deteriorado, por lo que tenemos que seguir una serie de normas”, señaló. Las habitaciones, todas individuales, están adaptadas tanto a la entrada de camillas como a las sillas de ruedas “también tenemos rampas para la entrada de ambulancias y cumplimos cualquier tipo de normativa de residencias, aunque seguimos sobreviviendo de los donativos que se hacen a la iglesia y de las subvenciones públicas”, nos contó.

    Los internos cuentan con gran cantidad de actividades, coordinadas por un equipo de fisioterapeutas, psicólogos, trabajadores sociales y animadores socioculturales, con un total de 37 empleados que se encargan de que los residentes estén constantemente atendidos. También es muy importante la labor de las familias que “tienen acceso a visitar a sus mayores durante prácticamente todo el día, solamente se restringen los horarios de comidas”, comentó la directora además de añadir que “muchos de nuestros internos están solos porque los hijos viven fuera, pero siempre estamos en contacto constante con las familias”.

    Todo ello sin olvidar la labor pastoral que es inherente a Cáritas Interparroquial y que se viene realizando desde la fundación de esta institución. “Este sentido religioso hace que los residentes se sientan muy cómodos”, señala Pilar de Miguel. “Hay un sacerdote, una religiosa que reza el rosario todos los días con ellos e incluso tres veces por semana se celebra la eucaristía”, comentó.

    Los propios internos expresan su felicidad y satisfacción por los servicios recibidos. Ahora mismo, la entidad cuenta con internos como Epifanía que supera ya los cien años y asegura que ya ha vivido mucho. Otra residente como Fina, entró a la institución después de haber sido la cocinera de la misma y a sus 76 años asegura que “cada una lleva sus crucecitas, pero con mi edad me siento muy feliz”. También Josefa, a sus 74 años contó que “a veces tengo mal carácter pero las chicas y chicos que nos atienden son una maravilla y aquí estamos todos muy bien, yo ya no me quiero ir de aquí”.

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