Los usuarios del puerto de Burriana aplauden el proyecto de dragado pero insisten en que se prolongue el dique de levante

La Consellería de Infraestructuras y Transporte realizará en el presente ejercicio 2009 un nuevo dragado del puerto de Burriana, con una inversión de 500.000 euros, para resolver un problema endémico de la ensenada desde su construcción entre 1924 y la inmediata posguerra. Los trabajos de reposición de calados son tarea urgente, por el problema que origina a las embarcaciones, pero los usuarios del puerto no entienden como no se aborda el problema de raíz, prolongando entre 150 y 200 metros el dique de levante. Es una idea que comparten y secundan desde hace años la Cofradía de Pescadores, como han ratificado su patrón mayor, Juan Bautista Borja, y el Club Náutico que preside Manuel Capdevila. Ambas instituciones se han dirigido en numerosas ocasiones a la Administración para solicitar esa prolongación del muelle, sin que hasta la fecha sus reivindicaciones hayan sido atendidas.

También padece este problema el Varadero, que de vez en cuando se ve obligado a contratar una draga por su cuenta para limpiar la bocana; y los últimos en llegar, la Marina Burriana Nova, están siendo quizá los más perjudicados por el problema de la orientación de la entrada del puerto. Tan es así, que los días que hay temporal de levante, los barcos de recreo que hay en los pantalanes de la nueva Marina, más próximos al edificio comercial, y que son los de mayor eslora, han de soltar amarras y buscar refugio en otro lugar para evitar desperfectos, a causa del oleaje.

Los usuarios del puerto mantienen desde hace años la reivindicación de que se prolongue la escollera de levante para solucionar un problema del que es perfectamente consciente la Administración autonómica, ya que en su día propusieron otra solución, que no fue aceptada: construir un muelle transversal que partía desde donde ahora está el edificio comercial de la Marina.

La bocana del puerto de Burriana padece un problema estructural debido a su ligera inclinación hacia el este, lo que provoca que las corrientes de levante favorezcan la acumulación de arena, justo en la bocana, reduciendo el calado, y provocando a su vez que las olas rompan con más intensidad, propalando corrientes en toda la lámina de agua. Esa arena que se acumula en la bocana, poco a poco, va entrando en el estuario, hasta el punto de que en situaciones límite, como ocurrió hace cuatro años, en las zonas de amarre del puerto pesquero, junto a la lonja, había una profundidad de 3,15 metros, cuando la mayoría de embarcaciones de arrastre calan entre 3,30 y 3,50, por lo que iban tocando el fondo. Lo mismo le ocurría al Club Náutico, pues a la entrada de la gasolinera y el travelling sólo había una profundidad de 1’70 metros.

Para el que fuera vicepatrón mayor de la Cofradía, y actual concejal socialista, Vicent Aparisi, “se trata de un claro ejemplo de falta de gestión política, porque con el dinero que en los últimos años se han gastado en dragas, y lo que se gastarán, podrían financiar esa prolongación del dique que en ningún caso es una ampliación del puerto, como la que se ha llevado a cabo en Castellón o Sagunto; simplemente es alargar unos metros una escollera, para cerrar la bocana hacia el sur e impedir que entre arena, a fin de resolver el problema del calado”. Aparisi recordó que en la pasada legislatura todavía se realizó alguna reunión con la Consellería para tratar este asunto, “cosa que ni tan siquiera se ha planteado en dos años del actual gobierno del Partido Popular”.