Burriana celebra la tradición del Ecce Homo
La ciudad de Burriana ha celebrado la festividad, tradicional, del Ecce Homo. La jornada del domingo ha venido marcada por un acto consolidado para los burrianenses cuyos orígenes se remontan varios siglos atrás. La Festividad del Ecce Homo ha comenzado temprano con la instalación de la feria en las inmediaciones del camino que conduce al ermitorio, donde reside la imagen del Ecce Homo. La tradición y la cultura popular se han conjugado para ofrecer una actividad que, un año más, sigue atrayendo a centenares de vecinos que peregrinan hasta el santuario, donde desde primera hora de la mañana yacían numerosas velas encendidas como símbolo de fe y devoción. Juguetes, dulces y diversidad de paradas de venta ambulante han vestido el camino, que ha entretenido a los visitantes hasta su llegada a la capilla. Por la tarde la lluvia ha condicionado el descenso de visitantes, aunque no ha sido la pauta dado que ha cesado minutos después. La historia relata que los orígenes de la festividad datan de 1787, momento en que unos agricultores mientras trabajaban las tierras de la partida de Rovellart, hallaron la imagen del Ecce Homo. Concretamente los labradores entregaron la imagen al propietario de la hacienda, Francisco Mayner, quien posteriormente, en 1792 ordenó que se construyese en esas mismas tierras la ermita, que hoy ha sido visitada a lo largo de todo el día.
La fiesta en honor al Ecce Homo no solo ha centrado la actividad en el entorno del ermitorio, sino que ha venido aderezada con la elaboración de las calderas. Comisiones falleras y diversidad de colectivos así como vecinos en general han cocinado uno de los platos más arraigados de la ciudad. Arroz con caldo, carne de cerdo y embutido son los condimentos que centran el plato conocido como la “caldera”, elaborada en un caldero de latón de grandes dimensiones, cuya historia también data del año 1792, ya que se concibió como una especie de ofrenda. La tradición relata que eran los vecinos de las inmediaciones de la ermita quienes se encargaban de ofrecer este plato a todos los transeúntes que se acercaban a la zona. Un gesto de solidaridad hacia la comunidad de ciudadanos.
