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El Benjamín “A” del CD Salesianos Burriana se doctora en la Copa Primavera

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    El pasado fin de semana este equipo de bravos futbolistas del CD Salesianos de Burriana puso la guinda a un pastel cocinado a fuego lento. Tras una intensa temporada, en la que el equipo ha disputado numerosos partidos y torneos se llegaba el momento cumbre para el equipo.

    Tras dominar con brazo de hierro su grupo de la liga, proclamándose campeón, acabando invicto, y cediendo un solo empate a domicilio, iniciaban con mucha ilusión allá por el mes de mayo la Copa Primavera. Campeonato que ponía en liza a más de 100 equipos benjamines de toda la provincia, separados en grupos de 5 equipos. De nuevo volvieron a quedar campeones de su grupo, y de nuevo lo hicieron con autoridad, ganando a cuantos equipos (campeones de liga de sus grupos) se cruzaban en su camino.

    Ya clasificados como primeros de grupo, aguardaban la fase decisiva, que se disputaría en sus dieciseisavos y octavos de final a doble partido, en los que una vez más se impusieron con rotundidad a sus adversarios.

    Llegaba entonces el momento de la verdad.  La fase final donde solamente 8 de los anteriormente citados más de 100 equipos de toda la provincia, pelearían por el codiciado trofeo en la sede que la Federación Valenciana de Fútbol designó, Onda.

    Los chicos de rojo se desplazaban el sábado 28 de junio a la ciudad Taulellera para disputar los cuartos ante un rival, el Vilavella “A” que opuso toda la resistencia que pudo ante la escuadra Salesiana, para acabar el partido con un marcador claro de 8-3.

    No dudaron en quedare en Onda para presenciar los cruces de los equipos que les pondrían las cosas difíciles tanto en semifinales como en la final.

    Ya domingo por la mañana, volvían a Onda con la misma cara de ilusión con la que empezaron a entrenar en septiembre. El reto, complicado, la UD esperaba dar la sorpresa y arrebatarles el puesto en la final a los de Burriana. Poco a poco, los chicos del Benjamín A del CD Salesianos impusieron su ritmo de juego, su presión y su calidad, para acabar el encuentro con la portería a cero y con tres dianas que valían un pase a la final.

    Con el tiempo justo para reponerse del esfuerzo hecho en las semis, y concentrados ante lo que para ellos era “EL PARTIDO”, aguardaban a un Benicarló A, que al igual que ellos, llegaron a la final de forma inmaculada. Campeones invictos de su grupo de liga, campeones de su grupo en Copa Primavera. Un equipo goleador, luchador y aguerrido que junto a los nuestros prometían una de esas finales al borde del infarto, y que decidiría a la postre, que equipo era el Rey de reyes, el Campeón de campeones.

    Nada más iniciar el encuentro, los chavales de Salesianos empezaron a imponer su ritmo, su toque, y su fútbol para dominar el encuentro en su primera mitad. Los de Benicarló también tuvieron sus opciones de marcar, pero fueron los de Burriana quienes llegarían al descanso con un marcador de 2-0 a su favor. El sueño cada vez más cerca.

    Como siempre, se reunían formando una piña alrededor de su Míster Ferran y Capelleta, quienes les trasmitían ánimos para luchar esa última batalla que les encumbraría en el fútbol provincial. Nada más iniciarse la segunda  parte, pudieron sentenciar el encuentro en varias ocasiones, aunque solo en una de ellas acertaron a perforar la meta rival. 3-0.

    Se palpaba la tensión en el ambiente. El equipo benicarlando, lejos de arrugarse, se vino arriba con todo lo que tenía y consiguió acortar distancias a 15 minutos del final. 3-1.

    Se vivió entonces uno de esos encuentros dignos de recordar, llenos de alternativas para ambos equipos, pero donde se notaba que la fuerza física había disminuido debido al calor intenso de la mañana de domingo, y al esfuerzo realizado durante toda la temporada.  Varias llegadas del Benicarló pudieron apretar el marcador, pero el guardameta salesiano unas veces y el travesaño otras impidieron que se acercaran peligrosamente en el luminoso. Por el contrario, y hasta en tres ocasiones se plantaron los arietes salesianos en mano a mano frente al portero rival, sin acierto en ese último disparo, e hicieron que los últimos cinco minutos transcurriesen a cámara lenta.

    Pitido final. Sobre el campo de la Cosa, hubo un estallido de alegría, se había conseguido. Los familiares, ya habiendo soltado toda la adrenalina y la tensión de tan disputada final, se abrazaban unos a otros, sin poder contener las lágrimas fruto de esa alegría que sus chicos les habían dado.

    Los chicos, saludaron deportivamente y consolaron al equipo rival, y se fundieron en un abrazo a sus entrenadores, para luego sacar fuerzas de donde no las había para correr en dirección a sus madres y dedicarles así la victoria.

    Fue un momento emocionante, pues uno de los integrantes del equipo rompió a llorar consciente de que ese era el último partido con sus compañeros. Era la culminación a un sueño hecho realidad, y la mejor despedida que podía tener. Rubén, que el próximo año militará en las filas del Villareal Cf, era abrazado y manteado por sus compañeros, quienes en un bonito gesto dejaron que fuese él quien recogiese la copa de campeones, luciendo el brazalete de capitán. Orgullosos y tristes a la vez, sus compañeros le regalaron un balón firmado por ellos mismos, y se desplazaron a Burriana para celebrar el final de temporada en una comida de hermandad, donde siguieron los gestos de alegría, los actos de celebración, y la amistad que reina entre todos los integrantes de esta fenomenal plantilla.

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