Lucina Urios - In memoriam
LUCINA, mi amiga, nuestra amiga…
Siempre viviste a tu manera y conforme a tus ideas. Cuando ninguna mujer se atrevía a levantar la voz en una sociedad machista, allí estaba Lucina dando la guerra y reivindicando su territorio y se la respetaba. Nos abrió los ojos a muchas mujeres que ya apuntábamos maneras de querer libertad para vivir y opinar… allá por los 70.
¡Vaya cuarteto! Lucina, Dolores, Mari Carmen y Berta. A pesar de la inmensa tristeza por tu pérdida, no podemos evitar las tres una gran sonrisa al recordar los buenos momentos que vivimos. Qué risas de complicidad hemos compartido, inevitables cada vez que nos encontrábamos y eso será lo que perdurará de tu recuerdo en nosotras y en toda la gente que tuvo la suerte de conocerte y compartir tu generosa amistad.
Lucina, tienes permiso para contarle a Pascual que pasó con los tapones del Mini y dile cuánto se le echa de menos, tú lo sabes… Un día de estos nos das una señal desde arriba y apaga un momento todas las luces del Serrallo y nosotras tres sabremos que te estás riendo de las escapadas del inglés. Son tantas cosas buenas las que podría contar de ti…
Qué tristeza, qué gran tristeza sentimos todos por tu ausencia.
Eras noble, eras inmensa, eres inolvidable… ERAS LA MÁS GRANDE.
Mañana viernes estaremos contigo en la Iglesia de El Salvador a las 11.
Son las tantas y llego a casa; Por rutina enciendo la cosa esta. ¡Lucina! (no me he entero ahora, hoy, de que ha muerto, pero me sigue impresionando que su nombre me salte al alma. Ya que estamos en ella voy a seguir: Lo siento y acompaño en el sentimiento (el que tengo hacia esta mujer) por este medio inútil (y lo siento también, pero menos). Como ya empezamos a ser, mayores, la primera reacción es: ¡pues más solas!, ... que ya solo es peor para nosotras y en nada le afecta a ella, pero jode. Lucina desapareció pronto de mi vida (porque nunca volví a verla, aunque últimamente le mandaba besos) y aún así creo que me imprimió huella. Fue mucha Lucina (y de muchas maneras, como cubista, con aristas y facetas sorprendentes): Una mujer que animaba, que "epataba" (ahora se diría maravillaba, asombraba, sorprendía, deslumbraba), me gustaba. Sus mini jupes (¡que guay!) y minipulles (ni que decir) ¡"mi chica soñada"! (por parafrasear, otra vez, a Bruno Lomas). Ella si que era moderna (en el mejor sentido de la palabra) incluso snob (que también molaba y mucho). Yo la sentía como una mujer libre (que entonces no era fácil, ni había tantas y además espero que lo haya sido). Me emocionaba sentir de joven, que aún siento, un atisbo de como me gustaría ser (de mayor), y por esto Lucina me parecerá siempre un símbolo coherente de "ese algo", que aunque no acabó de cuajar en Burriana (no, por lo menos en aquel momento), desde luego que tuvo, para algunas, un valor y una desfachatez (frescura, insolencia, atrevimiento, osadía) de la que me siento orgullosa y heredera. Que los dioses del Olimpo te colmen de dichas y hasta luego... Un beso Lucina. Lola Saborit