Burexport propondrá explotar los huertos abandonados que estén próximos a las tierras de sus asociados

La cooperativa Burexport va a lanzar una iniciativa para tratar de frenar el abandono de huertos en el término municipal de Burriana. Burexport propondrá a aquellos propietarios que se encuentren en zonas próximas a los campos adscritos a la cooperativa un contrato de cesión por el cual ellos replantarán todo el huerto, lo cultivarán, pagarán el IBI y el cequiaje, a cambio de explotarlo. De lo que se obtenga, un porcentaje también irá a parar al propietario del huerto, que se despreocupará por completo de todo lo concerniente a su propiedad. La iniciativa sólo se plantea en las dos grandes áreas rústicas definidas por el Ayuntamiento en enero de 2004, en las que se garantiza que no se aprobará ningún PAI en varias décadas.

La primera zona afecta a una bolsa de 11.000 hanegadas, claramente delimitada por la carretera de Almassora, el camí la Cossa, la conexión de éste con la variante de Burriana, y el riu Millars. La segunda zona, que no llega a 10.000 hanegadas, tiene una delimitación más compleja ya que se trazaron varias líneas imaginarias. Así, existe una línea paralela a la costa, situada a unos dos kilómetros, a la altura de la Bassa de Sangoneres, al oeste delimita con el término de Nules, y al norte con el de Alqueries, hasta el Camí del Palmeral. A partir de ahí sigue una línea imaginaria entre el camí Xurros y Facos hasta el camí Viranques, hasta alcanzar Llombai, del que, a la altura del Camí Les Monges, parte otra línea imaginaria hasta el Camí L’Ecce-Homo. En total son dos áreas de suelo rústico que suman 21.000 hanegadas.

El objetivo de Burexport es evitar que los huertos abandonados afecten a los que no lo están, y, de paso, propiciar una concentración de tierras que permita un cultivo en común más eficaz. “Uno de los problemas con los que nos encontramos, explicaba el presidente de la cooperativa, Juan Llopis, es que la calidad de la fruta cada vez es inferior, porque la gente debido a que no obtiene rendimiento, no invierte en los huertos”. Para Llopis, “lo que no podemos es cruzarnos de brazos y dejar que poco a poco se vaya perdiendo todo el término municipal, por eso vamos a intentar esta iniciativa con el apoyo, si es posible, de la Generalitat”.

En mayo del año pasado, ciento dos años después, el Ayuntamiento de Burriana tuvo que modificar la Ordenanza del Medio Rural del término municipal para adaptarla a circunstancias tan insólitas hace un siglo, como abandonar un campo y dejarlo yermo.

Uno de los aspectos resaltables de la nueva Ordenanza es el régimen jurídico que se contiene en la legislación sobre suelo no urbanizable, relativo al deber de conservación del suelo.

Actualmente, expone la Ordenanza, se ha llegado a un punto en que se acepta con cierta normalidad la situación de no explotación, y ni siquiera de conservación de un terreno rural. En este sentido se apunta el deber tanto del propietario de finca rústica, como al de suelo urbano o urbanizable, de crear las condiciones para que no sean posibles estragos colectivos como la erosión del terreno, las inundaciones o incendios, así como proteger un bien de dimensiones colectivas o sociales como es la vegetación.

El artículo 12 de la nueva norma rural establece que “los propietarios de parcelas rústicas, que por abandono del cultivo o tener solares abandonados colindantes con terrenos rústicos, que causen daños a las tierras cultivadas, bien por esparcimiento de semillas, de malas hierbas o por plagas procedentes de los terrenos abandonados, estarán obligados a limpiar dichos terrenos y a pagar los daños que hayan causado en parcelas cultivadas”.