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Niños y adultos celebran Sant Nicolau

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    “Sant Nicolau, santo bendito, confesor de Jesucristo, viva el rey, muera el gallo, cuatrocientos a caballo. Tris Tras, llonganissa menjaràs, Tris Tras en la espasa moriràs”. Esta canción, que rememora la festividad de Sant Nicolau en Burriana, fue entonada el viernes por todos los niños de la ciudad, y por los adultos durante la mañana de ayer.

    El motivo de que los niños y adultos celebren esta festividad en días distintos se debe a que, desde 1978, el día 6 de diciembre es la fiesta de la Constitución, por lo que los colegios de Burriana adelantaron la fiesta al día anterior.

    La tradición marca que el día de Sant Nicolau, niños y niñas deben ir provistos de una espada de madera o cartón; un lazo, que las niñas suelen llevar en el pelo y los niños de pajarita; hay que merendar longaniza, y cantar la canción popular que encabeza estas líneas.

    Se da la paradójica circunstancia, de que pese a su arraigo, Sant Nicolau no tiene una calle en Burriana. La tenía, entre la Tanda y la Carrera, hasta que en el último cambio masivo de nombre de calles, en 1984, pasó a llamarse Francesc Roca y Alcayde.

    La tradición
    El profesor Vicente Franch i Ferrer explicaba que esta tradición, basada en una fiesta de “intolerancia religiosa”, tiene sus orígenes en los siglos XIII, XIV y XV, momento en que las tierras se encontraban pobladas por mahometanos. Durante estos siglos, los jóvenes cristianos, armados de espadas y a caballo (en algunas ocasiones iban varias personas en un solo caballo, motivo por el que la canción cuenta, cuatro asientos a un caballo, porque había más personas que caballos), organizaban partidas y se dirigían a las tierras donde se encontraban los Masoneros Mahometanos para obligarles a comer longaniza, sabiendo que éstos no comían carne de cerdo. Así pues, paseaban por la ciudad y en aquellas ollas donde veían que se estaba cocinando algo, les echaban longanizas.

    A principios del pasado siglo según relataba Manuel Roselló en sus crónicas tradicionales de Burriana, los niños de los diferentes colegios solían entablar batalla con sus espadas en plena calle y aquellos que conseguían arrebatar la bandera del colegio a los rivales eran proclamados vencedores. Por la tarde se iban a merendar las longanizas de San Nicolau a parajes como La Bota, el Molí del Arrós o el Clot y regresaban a casa cantando la canción popular.

    La presencia de las espadas de madera se entiende como uno de los juguetes preferidos por la infancia de antaño, que simulaba batallas épicas compitiendo entre colegios, rememorando las batallas entre cristianos y moros, a los que hacer comer longaniza de cerdo era una tortura.

    La fiesta continúa celebrándose año tras año por todos los niños, con independencia de su religión, comiendo la tradicional “llonganissa”, ya que ahora no sólo las hay de cerdo, sino también de pollo y otras carnes.

    La longaniza, es sin duda parte fundamental en esta fiesta popular. La única diferencia que tienen las longanizas de Sant Nicolau es que son más gruesas que las normales, y normalmente más largas, aunque se fabrican de varios tamaños.

    También se producía otro modo de celebración, algo más agresiva, que consistía en una batalla con “fonas” (hondas) en el cauce del río en la que se enfrentaban bandos, como el de los barrios de la Mota o Sant Blai, y que terminaban con heridas y contusiones, como mal menor. Esta modalidad se terminó suprimiendo, ya que, según contaba Roselló, más de un niño perdió un ojo en lo que, él mismo como protagonista, calificaba como auténtica salvajada.

    Los adultos rememoran su infancia
    Las espadas actuales suelen ser en su mayoría de cartón, para evitar accidentes. Pero las auténticas son de madera y ocupaban durante una buena temporada a los carpinteros de la ciudad elaborando suntuosas espadas, algunas de ellas cimitarras y puñales moros, muy apreciados por su rareza y exotismo.

    Algunos profesionales de la madera todavía siguen con la tradición. Es el caso de Ramón Aragón, que ha elevado a la condición de arte la elaboración de estas espadas. Posee más de sesenta diseños distintos, todos ellos concebidos para amigos y familiares de su entorno, especialmente para el grupo de adultos que cada 6 de diciembre rememoran su niñez en el bar La Panderola. Para ese privilegiado cenáculo, Ramón va realizando, año a año, diseños personalizados, inspirados en la singularidad o sobrenombre del futuro propietario. Es el caso, por ejemplo del “Bruixo”, cuya empuñadura es de un hechicero; para el “Punxa” tiene forma de alfiler; y así, hasta completar un enorme surtido de tizonas, cargadas de mucha ironía.

    El Restaurante Savarín es otro de los lugares típicos en que los grupos de amigos se reúnen cada año para celebrar esta festividad, una celebración que este año ha sido muy emotiva ya que se ha recordado con un minuto de silencio al propietario Jose Miguel Andreu, que falleció en el mes de mayo. Allí encontramos a Pedro Llorca “el Meto”, otro profesional de la madera que se encarga cada año de abastecer de espadas de madera a todos los presentes en el restaurante, y que junto a su grupo de amigos, fueron unos de los pioneros en volver a celebrar la fiesta de San Nicolau siendo ya adultos, rememorando así su infancia.

    Otras similitudes
    En Biel, pequeño pueblo al norte de la provincia de Zaragoza, que se ha ido despoblando, y que actualmente sólo cuenta con 168 habitantes, la fiesta de San Nicolás se celebraba así: después de celebrar misa a las 10, los niños de la escuela se reunían en la ermita y se colocaba un gallo, que días antes se había comprado a alguna vecina, encima de un palo. Inmediatamente, precedidos por el palo con el gallo, los niños iniciaban el recorrido de puerta en puerta entonado el canto a San Nicolás: San Nicolás coronado / cuatro gallinas y un gallo / una mano, cinco dedos / en la otra, tres y dos. / Ángeles “semos“, / del cielo venimos, / cestas traemos, chullas pedimos. / Aquí estamos, en la puerta / aguardando la respuesta. / Si nos dan “u“ no nos dan, / las gallinas pagarán. / Las gallinas que encontremos / manda el rey que las matemos. / Viva el rey y muera el gallo / cuatrocientos a caballo. / Gallo de San Nicolás,/ has tenido buena dueña / y ahora vas a morir, / por los niños de la escuela. / ¡Viva San Nicolás!. ¡Viva!. Durante el recorrido, el maestro vendía boletos para la rifa del gallo, con la que sufragaban los gastos de su compra, y los niños recogían en capazos longanizas para la merienda de la tarde. Antes de merendar, se celebraba el juego del gallo. Se colocaba al animal en un agujero dejando sobresalir su cuello. A cada niño se le vendaban los ojos, se le daba tres vueltas y se le permitía intentar matar al gallo con una esforacha (herramienta para peinar el cáñamo). Si a los tres golpes no conseguía degollarlo se le daba la oportunidad al siguiente.

    En algunas localidades navarras, como la población roncalesa de Burgui, se celebra el 6 de diciembre la fiesta del Obispillo. Una comitiva de niños encabezada por uno de ellos, vestido de obispo, recorren las calles cantando y bendiciendo las casas a cambio de recibir alimentos y donaciones con las que posteriormente celebrar una merienda. Todo el cortejo se detiene en las casas donde entonan una cantinela: San Nicolás coronado / obispo fue muy honrado / alé, alé, aleluya / Todos por Santa María / viva el obispo, muera el gallo / cuatrocientos y un caballos / Aquí venimos cuatro / cantaremos dos / una limosnita / por amor de Dios / Si nos dan o no nos dan / las gallinicas cantarán tris tras.

    San Nicolás
    Nació en Patara, actualmente territorio de Turquía, por el año 304 en una familia piadosa y ya desde niño destacó por su carácter generoso y piadoso. A la muerte de sus padres recibió una considerable fortuna que puso al servicio de los más necesitados. Entró en el monasterio de Sion y llegó a ser obispo en Myra, según cuenta la leyenda, de una forma muy curiosa. Dice la leyenda que tras fallecer el obispo de Mvra, varios sacerdotes y obispos se encontraban discutiendo sobre quién sería el futuro obispo y al no ponerse de acuerdo se decidió que fuera el próximo sacerdote que entrase en el templo, que casualmente fue Nicolás de Bari. Falleció el 6 de diciembre del 345, y es patrón de Rusia, Grecia y Turquía.

    Son muchos los milagros y leyendas que se atribuyen a este santo, algunos de los cuales le han valido para convertirse en patrón de los niños.

    En una ocasión tres niños que andaban perdidos llegaron a una posada buscando ayuda. El posadero les hizo pasar y acto seguido los sacrificó y los puso en un tonel para alimentar a sus clientes, siendo estos devueltos a la vida por el santo. Este milagro atribuido al santo, dio origen a que se represente a San Nicolás con un tonel y tres niños.

    En otra ocasión, un padre tenía a sus hijas en edad de casarse, pero no tenía medios económicos para pagar su dote. El Santo, queriendo hacer caridad sin ser visto, dejó caes por la chimenea de la casa unas monedas de oro, que fueron a caer dentro de unas medias de lana que las jóvenes habían puesto a secar junto a la lumbre. Esta leyenda dio lugar a la representación del santo que se hace en algunos países, en la que aparece con tres monedas de oro en la mano.

    De esta última leyenda también nació en algunos países, como Holanda y Alemania, la tradición de celebrar en la víspera del día de San Nicolás la entrega de regalos a los niños, después de analizar si las acciones el comportamiento y de los más pequeños han sido adecuados durante todo el año. Esta celebración le hizo ganarse el nombre de Papá Navidad en los países en los que se celebra esta tradición, adaptando esta denominación a su respectivo idioma, por ejemplo en Francia se denomina Père Nöel, término que se ha adoptado en castellano como Papa Nöel.

    En Estados Unidos, Santa Klaus deriva de su nombre alemán "Sankt Nikolaus", y su celebración se trasladó al 25 de diciembre para hacerlo coincidir con la Navidad. En 1931, una conocida marca de refrescos transformó la imagen de este santo para convertirlo en un personaje vestido de rojo, cara amable y barba blanca; que hoy todos asociamos a la navidad.

    comentario 1 comentario
    El Sobri
    El Sobri
    07/12/2013 08:12
    José Miguel

    José Miguel Andreu te tiro de menos, como el mejor amigo que todos los de Burriana hemos tenido nunca te olvidaremos.

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