Burriana despide a la religiosa dominica Fátima Valcárcel Muñiz, Madre Fátima

La religiosa Fátima Valcárcel Muñiz, Misionera Dominica del Rosario, falleció ayer en Burriana a los 97 años después de una larga vida de servicio y entrega a los demás, especialmente a los más necesitados, actitud que mantuvo hasta sus últimos días y que la hizo muy querida en su ciudad de adopción.

El alcalde, José Ramón Calpe y el concejal Juan Granell han visitado esta mañana la capilla ardiente, instalada en la del centro religioso en el que vivía Fátima. Calpe ha destacado la vida de servicio a los demás de Madre Fátima, así como el cariño y cuidado que han recibido muchas personas de Burriana gracias a ellas.

El primer edil ha trasladado a las religiosas y allegados sus condolencias en nombre de toda la Corporación Municipal de Burriana y ha recordado que el Ayuntamiento reconoció su labor el Día de la Mujer Trabajadora de 2010. Aquel 8 de marzo, Fátima Valcárcel recibió de manos del alcalde y de la concejalas Consuelo Suay y Ana Montagut, una placa conmemorativa del homenaje a su trayectoria, un cuadro pintado por alumnos del Taller Prelaboral de Inserción Social (TAPIS) y un ramo de flores.

Fátima –nombre que adoptó como Misionera Dominica del Rosario-, nació en la localidad asturiana de Campomanes, en el seno de una familia profundamente religiosa. De sus nueve hermanos, uno pertenece a la Orden de Predicadores (Dominico) y tres hermanas son también religiosas dominicas. Además, su padre ingresó en dicha orden como hermano cooperador al enviudar de su esposa.

Ingresó en el noviciado a los 24 años. Su primer destino tras hacer sus votos fue la localidad navarra de Villaba, donde permaneció dos años. De allí pasó a Fornos (Portugal), donde estuvo cuatro años más antes de trasladarse a la entonces colonia portuguesa de Macao y actual región administrativa especial de China, donde permaneció 16 años realizando servicios de ayuda a un seminario.

Una grave tuberculosis la obligó a regresar a España, donde fue ingresada en un hospital especial en Guadarrama, donde permaneció cuatro años y medio. Recuperada de su enfermedad, fue destinada a Burriana, donde ha vivido sus últimos 48 años. Fátima afrontó las dificultades de la vida desde la fe y el servicio a los demás, sobre todo a los más necesitados y, entre ellos, los asumió en todo momento los trabajos que se le encargaron y otros que ella misma consideró su obligación con total interés, dedicación y amor.

La misa exequial tendrá lugar esta tarde a la 18.00 horas en la Parroquia de María Auxiliadora.