Los socialistas propondrán mañana en el pleno la adquisición del Círculo Frutero

El Partido Socialista propondrá mañana en el Pleno que el Ayuntamiento de Burriana incoe a la mayor brevedad un expediente para adquirir mediante una opción de compra, o directamente, el edificio sede del antiguo Circulo Frutero, para que se incremente el patrimonio cultural municipal y se evite el pago de varios alquileres de locales que ahora acogen servicios municipales susceptibles de trasladarse a está nueva ubicación. “Con este acuerdo, señalan los socialistas, se garantiza la preservación de nuestro patrimonio inmueble y se suprime el desembolso de importantes cantidades en concepto de alquileres”.

En estos momentos se encuentra a la venta uno de los edificios más emblemáticos de Burriana, construido en la época de mayor prosperidad que vivió la ciudad, a principios del siglo XX. Se trata del inmueble de la calle San Vicente número 18, de casi mil metros cuadrados, repartidos en tres plantas, que desde 1916 albergó el Circulo Frutero Burrianense, y que desde finales de la década de los sesenta ha sido la sede de la Sociedad de Cazadores. El pasado 1 de Mayo expiró el contrato de alquiler suscrito en 1984 entre la propietaria, “La Inmobiliaria Burrianense S.C.P.”, constituida en 1941, y la Sociedad de Cazadores. Con anterioridad a este contrato, ya se había celebrado otro en 1969 que fue cuando la Sociedad se trasladó desde un pequeño local situado junto a lo que fue el Centro España – ambos inmuebles han sido recientemente derruidos –, hasta su actual sede en el Circulo Frutero, donde ha permanecido por espacio de treinta y nueve años.

El edificio construido entre julio de 1914 y principios de 1916 sobresale por su destacable columnata de la planta baja, que culminan en capiteles decorados con flores y naranjas, así como en la parte del friso al que sostienen, como una referencia a la raíz de la prosperidad económica de la Burriana de principios del siglo pasado y al Circulo Frutero creado por los comerciantes de naranjas en la época en la que tuvieron mayor esplendor. También toda la riqueza interior hace mención a la fruta dorada, como un Hermes – dios del comercio – que decora la barandilla de la escalera interior.

En los primeros años del siglo XX el elevado número de exportadores y confeccionadores se aglutinó en torno a diversas sociedades. La más numerosa, el Círculo Frutero, fue fundada a principios de siglo, y se consolidó a partir del inicio de la construcción de una sede social en la calle San Vicente con aportaciones de capital de sus socios – un total de 246 – y donaciones de casas extranjeras que dominaban el negocio y que ya habían contribuido a sufragar algunas infraestructuras vinculadas a la actividad, como el embarcadero del Grao, construido en 1898.

El flamante edificio del Circulo Frutero, como se hizo eco el semanario local La Unión, se inauguró el 2 de febrero de 1916 dentro de las fiestas patronales de Sant Blai. Hasta Burriana se acercaron numerosas personalidades provinciales y la bendición corrió a cargo del entonces obispo auxiliar de Toledo Juan Bautista Luis Pérez. Días antes de su inauguración La Unión daba cuenta de la inminente inauguración señalando: “puede decirse que está terminado el arreglo del edificio, y aseguramos que es digno de Burriana y del esfuerzo de sus creadores. Tal vez sea el único de su clase en España. Los muebles han sido construidos por la acreditada casa de Vda. de J. Climent, a cuya dueña, paisana nuestra, le mandamos nuestra más sincera felicitación. Hay un salón de terciopelo verde oscuro que es una monada. La cancela es, además, una obra de arte. La lampistería salió de los talleres de los señores Izquierdo, y con eso está todo dicho. En el salón de Juntas se ve una hermosísima lámpara de nueve luces, representando un colosal ramo de naranja, regalo de un vaporista. El servicio del círculo es también elegante y rico. Felicitamos a todos los socios del Círculo Frutero por haber puesto ante los ojos de propios y extraños tan alto el nombre de nuestra querida Burriana”.

El inmueble disponía de un área recreativa en su planta baja, que era el casino en verano. La primera planta, más acogedora, con la paredes forradas de terciopelo verde, era el casino en invierno. En la segunda planta había una oficina comercial al servicio de los asociados en la que disponían de telégrafo, teléfono e información diaria sobre los mercados y la cotización de las divisas. También estaba la residencia del conserje.

En sus estatutos, que se conservan en los archivos del Museu de la Taronja, se hace constar que “queda prohibido promover y mantener dentro del domicilio social, discusiones sobre asuntos políticos o religiosos”.

Tras la guerra civil, en 1941, se llevó a cabo una regularización del título de propiedad, posiblemente para evitar una incautación por parte del Sindicato vertical, y para reafirmar la posesión, tras quemarse el Registro de la Propiedad de Nules durante la guerra civil, y el inmueble del Circulo Frutero quedó inscrito a nombre de la sociedad civil particular “La Inmobiliaria Burrianense” – integrada por la mayoría de los comerciantes del Circulo Frutero –, que posee 359 títulos acciones. La masa accionarial, descendientes de aquellos exportadores, acordaron hace dos años poner a la venta el inmueble cuando venciera el 1 de Mayo de 2008 el contrato de alquiler con la Sociedad de Cazadores.

En 1959, siendo presidente Bautista Ríos Martínez, se realizó una reforma interior de la planta baja que corrió a cargo del pintor, y entonces decorador castellonense, Tasio, que pinto cuatro cuadros en las paredes del salón principal, con motivos relacionados con el comercio naranjero.

Desde su fundación, el Círculo Frutero funcionó como un Ateneo Mercantil, siendo sede de conferencias y exposiciones como el Certamen de Fotografía Internacional de la Naranja en los años cincuenta y sesenta. También del Círculo Medina, y como salón de banquetes y bailes en numerosos acontecimientos políticos y sociales vividos en nuestra ciudad en los últimos 90 años.