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Ha fallecido José Manuel Fandos Ferrada

Ha fallecido José Manuel Fandos Ferrada
    El pasado 2 de abril falleció en Valencia José Manuel Fandos Ferrada, burrianense nacido el 17 de enero de 1939.

    Fue hijo póstumo, su padre nunca pudo llegar a tenerlo en brazos. Su infancia y pubertad fueron las de un niño normal y transcurrieron entre Burriana, Valencia y Santa Bárbara.

    Muy joven ingresó en el seminario de Moncada (Valencia) de donde salió sacerdote. Su primera misa la celebró en la iglesia del Salvador de Burriana el 6 de noviembre de 1961.

    El primer destino que tuvo como capellán fue Enguera-Navalón donde ejerció como cura párroco durante cinco años. De allí pasó a la parroquia de Roca-Cuper siendo el titular de la misma algo más de siete años.

    Fue por entonces cuando conoció a Isabel, por la que abandonó el sacerdocio, y la convirtió en su esposa el día 9 de septiembre de 1981. Del matrimonio nacieron tres hijos, Mª Amparo, José Manuel y Vicente.

    A partir de entonces, su vida seglar vino marcada por una simbiosis entre el amor a la iglesia y el amor a su familia, haciendo del templo del Patriarca de Valencia el centro de su vida profesional que la centró en su pasión por el canto gregoriano.

    Fue un estudioso de este canto en los aspectos de composición, investigación e interpretación. Autor de varias obras relacionadas con el mismo. Sin duda alguna dejó una escuela de este canto en toda la comunidad valenciana.

    Formó parte de numerosas corales tanto como director como de miembro activo.

    El próximo sábado se celebrará un funeral en su memoria, a las 11.00 horas en la ermita de Santa Bárbara.

     

    Carta de sus familiares

    Sr. D. José Manuel Fandos Ferrada

    Destino: Reino de los Cielos o Reino
    de Valencia. No se bien en cual de los
    dos estás, pero si que se bien que en ambos
    deseabas estar, aunque algo me hace pensar
    que para ti los dos son las misma cosa.

    Rte. Tu primo Roberto junto con tu familia en bloque.

    Querido José Manuel:

    Mira, José, pensaba enviarte un SMS o un E-mail o algo por el estilo por aquello de estar uno con los tiempos que corren, pero chico, prefiero una carta quizás por aquello de que las cartas me recuerdan mis años mozos cuando con mi novia me cruzaba montones de ellas y desde entonces las asocio con el amor y el cariño. Lo otro será muy moderno pero no dejan de ser palabras lanzadas al aire, al espacio infinito.

    José, te has ido pero no nos has dejado. Ya se que esto es una contradicción, pero tú ya me entiendes.

    Tu muerte ha sido una muerte anunciada, pero, caramba, te la anunciaron demasiado pronto. Aunque te hubieras ido el mismo dos de abril del presente año (justo dos años después de tu amado Papa Juan Pablo II) te la hubieran podido anunciar sólo un poco de tiempo antes de esa fecha. Tú, mejor que yo, sabes que los curas cuando se ven un poco perdidos siempre recurren a aquello de que “los designios de Señor son inescrutables”. Que le vamos a hacer, así será.

    Fuiste un capellán singular y un seglar ejemplar. Los que ya andamos entraditos en años te recordamos montado en aquella "montesa"  con tu sotana arremangada y atada a la cintura metiendo ruido por allí donde pasabas, escandalizando a las beatas de oficio y despertando simpatías en el resto de los mortales. “El capellá gamberro” te llamábamos todos cariñosamente. Aquello duró poco, pero sin duda era tu manera de hacer apostolado y a fe que lo conseguiste y nunca lo dejaste. El resto de tu vida ha sido un ejemplo de apostolado permanente y la iglesia así te lo ha reconocido despidiéndote con un tan solemne funeral que nadie olvidará. Para mí, que aquello fue más que un adiós de familiares y amigos, un acto de reconocimiento y acción de gracias de la iglesia a un fiel y honrado servidor.

    Pero, ¡ay!, llegó el amor. Conociste a Isabel y te enamoraste de ella. En aquel momento nos enseñaste a todos, tu obispo de entonces incluido, que a pesar de los cánones de la iglesia se puede pensar en capellán y a la vez estar profundamente enamorado de una mujer y ser capaz de formar una familia cristiana con tres hijos incluidos, José Manuel…

    Eres hijo póstumo, ni tu ni tu padre, el tío Batistet “el mascarellero” (un santo a decir de quines le recuerdan), os conocisteis en este mundo terrenal. A estas horas ya os habréis encontrado, abrazado y contado todas vuestras cosas. A tu padre le mataron en la guerra civil (incivil decía Unamuno). Tú sabes quienes lo hicieron y por qué. Jamás te he oído hablar de ello. Cuando tuviste uso de razón inmediatamente perdonaste y olvidaste. Hay cosas para las que es preferible no tener memoria. Tu madre, la tía Encarnasioneta, esa mujer cuya personalidad venía definida por una extraña mezcla de madre, monja y capellana, influyó mucho en tu vida. Sólo ella sabrá lo que en aquellos tiempos tan difíciles, sin el apoyo de un marido tuvo que luchar para sacaros adelante a ti, a Juan Bautista y a Encarnita.

    También ahora estarás con tu hermano Juan (el joi), tus abuelos a los que tanto quisiste, tu primo Manolo, mi hermano, con el que tan bien te llevabas ya que los dos erais del mismo gremio y con tantos y tantos más. Dales a todos un fuerte abrazo de parte de toda tu familia.

    Y poco más José Manuel, sigue guardando esos grandes amores que llevaste siempre contigo, Dios, tu familia, tu Reino de Valencia, como te gustaba llamarle, y les Alqueries. ¡Ah! Se me olvidaba, me da recuerdos muy especiales para ti nuestra matriarca, la tía Lolita. Nada más y hasta pronto. Ya sabes aquello de la canción, veinte años no es nada…

    Un fuerte abrazo.

    Tu primo Roberto

    comentarios 4 comentarios
    MARTA BALLESTER
    MARTA BALLESTER
    11/04/2008 12:04
    LO PUDISTE CONOCER

    Hola Jose Manuel, te escribo esta carta para decirte que siento no haber podido estar en tu despedida pero tu bien sabes el por qué,por ese bebé tan deseado , álvaro, al que pediste a Dios poderle conocer y lo conseguiste, tumbadito en tu cama, nunca se me olvidará tu bella sonrisa al verlo. Gracias por considerarme a mi y a tu juanito y a tu marieta( la que tanto se reia con tus chistes)como de tu propia familia. Gracias por los buenos momentos que hemos pasado juntos en tu estimada alqueria. Gracias por ser tan buen padre, esposo , amigo, en fin, una persona estupenda. Sé que junto a Dios cuidaras de todos nosotros. Sólo decirte que seas muy feliz y que te echaremos mucho de menos.

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