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La Font del Vi no se instalará en el solar del Hospital dado que no pueden asegurar que haya terminado completamente el derribo

La Font del Vi no se instalará en el solar del Hospital dado que no pueden asegurar que haya terminado completamente el derribo
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    La concejalía de fiestas no se arriesga a programar la Font del Vi en el solar del viejo Hospital de Sant Blai por temor a que no esté totalmente despejado dentro de 15 días. Precisamente esta mañana se ha iniciado la fase del derribo mecánico, con una pala excavadora, en toda la parte que recae a la avenida Juan Bautista San Martín. La semana próxima harán lo propio en la edificación que da a la calle Sant Blai.

    El concejal de fiestas, Pedro Sancerni, ha declarado que “a dos semanas del día de Sant Blai no podemos garantizar que todo estará en condiciones para montar una carpa e instalar la fuente”. Así pues, la Font del Vi, probablemente por último año, volverá a instalarse al inicio de la calle El Calvari, enfrente de la sede de la asociación de pensionistas del mismo nombre. De este modo se aprovecha esta infraestructura municipal para poder elaborar los bocadillos con los que se acompaña el vino, e instalar el depósito y la bomba que garantizan el suministro a la fuente.

    Sancerni ha querido destacar que si el solar está en perfecto estado el día del patrón de la ciudad “lo aprovecharemos para realizar las actividades infantiles que hasta ahora se organizaban en la calle Sant Blai”.

    Esta será la primera vez en la que la Font del Vi se celebre con el título honorífico de Fiesta de Interés Turístico Provincial de la Comunitat Valenciana, tras obtener dicha certificación el pasado mes de octubre. Una fiesta cada vez más arraigada en Burriana, aunque hay muchos que por motivos laborales no la conocen, y que cumple 157 años.

    En 1853 hubo una fuerte epidemia de fiebres intermitentes de paludismo, hasta el extremo de que el día 10 de septiembre de ese año se tuvo que reunir el Ayuntamiento para tomar medidas sanitarias. El 5 de enero del año siguiente, 1854, escribe el cronista Roca y Alcayde, acordó el Ayuntamiento (en atención a que la vida ya se había normalizado) hacer una fuente del vino (del mucho que aquí se cosechaba), el día 3 de febrero, con motivo de las fiestas de San Blas, al objeto de obsequiar a los forasteros y complacer a los vecinos.

    Según narró el escritor y alcalde Manuel Peris Fuentes, a finales del S. XIX la Font del Vi fue prohibida: “por los abusos a que daba lugar ha motivado que se suprimiera, de entre los públicos regocijos, la original fuente”. Al parecer esta tradición fue desatendiéndose por las sonadas borracheras que cogían algunos. El acto fue también sucumbiendo paulatinamente a causa de la desaparición del cultivo de la vid, pese a que siempre se mantuvo, hasta que en 1976, Evaristo Tormo, “el llimonero”, que era vecino de calle Sant Blai, y se encontraba en el negocio de los vinos, decidió hacerse cargo de la organización y mantenimiento de la fiesta, dándole un fuerte impulso junto a l’Agrupació Borrianenca de Cultura, que aquel año, para dotar de mayor realce a la fiesta, convocó un aplec en el que se leyeran una selección de poemas del escritor costumbrista Batiste Tejedo “El Bessó”, tal y como 35 años después sigue sucediendo.

    Pasados unos años, la organización la asumió el Ayuntamiento, aunque seguía utilizándose como base de operaciones el almacén de Evaristo Tormo. Cuando este falleció toda la infraestructura se trasladó a una carpa situada en medio de la calle, y más recientemente al local de la asociación de pensionistas El Calvari.

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