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Vicente Borja, un fallero de los que "van delante"

Vicente Borja, un fallero de los que "van delante"
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    Vicente Borja, un fallero de los que "van delante" - (foto 2)
    Vicente es un hombre que ventila experiencia por cada uno de sus poros, a lo largo de las dos horas que mantenemos de conversación, me transmite su amor por la fiesta y su dedicación desinteresada a través de una conversación amena y entretenida en la que va desvelando cada momento de su intensa historia ligada a las Fallas.

    Confiesa que todavía le tiemblan las piernas al oír el pregón y que acude cada año a escucharlo como mínimo una vez y aunque es consciente que ahora el momento lo disfruta otro, no puede evitar que salgan a flote los sentimientos que este acto le despierta.
    Transcribir en unas pocas líneas su currículum fallero es comerse los años de historia a bocados no obstante nos disculpe esta ilustre figura que se la transmitamos a nuestros lectores en esta atrevida enumeración:

    1981-1988 Comisionado de la Falla l’Axiamo
    1987 Presidente de la Falla l’Axiamo
    1985 y 1986, 1989, 1991-2007 Pregonero oficial de las Fallas de Burriana
    1999 Forma parte de la Junta Local Fallera

    Además de todo esto, Vicente Borja, ha puesto su esfuerzo en que sus hijas vivieran la ilusión de ser falleras, hecho que aunque no contabiliza como cargo si exigen dedicación y esfuerzo personal como bien sabe todo aquel que ha sido padre de fallera. Actualmente los años que ha ejercido este particular cargo, luciendo orgulloso a sus hijas por la ciudad han sido los siguientes:

    1983 Su hija Susana ocupa el cargo de Fallera Mayor Infantil de la Falla l’Axiamo
    1991 Su hija Susana es dama de la Corte de Honor Mayor de la Falla la Bosca
    1992 Su hija Susana es la máxima representante de la Falla la Bosca
    1997 Su hija Judit viste la banda de dama infantil de la Falla la Bosca
    2010 Su hija Judit forma parte de la Corte de Honor Mayor de la Falla la Bosca
    2011 Su hija Judit es la Fallera Mayor de la Falla la Bosca

    Actualmente, y desde hace algunos años Vicente se encuentro trabajando en el Ecoparque de Burriana donde comparte impresiones con todos los que hasta allí se acercan. Compagina su ocupación profesional con una dedicación familiar y sigue brindando su potente voz a todos los presentes en los versos que se dedican la mañana del 3 de febrero en la Font del vi al patrón de nuestra ciudad.

    elperiodic.com (ep): Cuéntanos Vicente, ¿cómo llegas al mundo de las fallas? ¿Qué hace que te impliques tanto?

    Vicente Borga (VB): Allá por el año ’81 yo estaba trabajando en casa de “El Canuto” -que ese año era el padre de la Fallera Mayor del Axiamo-, de pronto vino y me dijo: “este fin de semana tienes que venir a la Falla que te invito yo; tengo que llevar invitados y me gustaría que estuvieras allí” –aunque cierto es que yo en esa comisión tenía ya muchos amigos: el presidente, Antonio Agut, Varea, Antoniet, Pacual… todos éramos de la misma quinta-, fuimos a la cena y desde entonces ahí seguí. Me hice de la Falla y al año siguiente también formé parte de la comisión. El año ’83 ya me hicieron a mi hija Fallera Mayor Infantil y desde entonces he seguido la carrera de fondo…

    La verdad es que a mi las Fallas siempre me habían gustado, siempre las había respetado porque veía que eran una fiesta que se lo merecía pero desde que me metí dentro de la Falla todavía más. Aunque te gusten las Fallas, no tiene nada que ver ser de una comisión; estar en una Falla ¡es mucho más bonito! A partir de ahí, como a mi me gustaba el ambiente, el trabajo que allí se hacía y como sabían que se me daba bien lo de hablar en público ya me liaron para hacer pleitesías; más tarde, en el ’85, me dijeron de ser pregonero –y así fue- y desde entonces presidente, comisionado, miembro de la Junta, mantenedor, pleitesías, pregonero… lo que hiciera falta! ¡No sabía nunca decir que no! –me comenta entre risas-.

    ep: De estar tan vinculado al mundo de las Fallas como presidente o fallero, ¿cómo llegas a ser el pregonero oficial de todas las Fallas de la ciudad?

    VB: Pues en el año ’85 me llamó el que estaba de presidente de JLF y me dijo: “le has hecho la pleitesía a la Reina –porque me había buscado él- y al año que viene te toca hacer el pregón” –todavía sonríe al recordarlo-. Yo le dije: “¿¡Pero cómo que el pregón?!” De momento me vi metido en un jaleo del que no sabía salir…, no sabía por donde tirar. Yo veía todos los años un hombre que hacía el pregón pero… hasta ahí. Como no tenía más remedio que coger “el toro por los cuernos” me armé de valor y fui a hablar con una persona entendida en la materia: Pepe Esteban, “Patuel”, que fue alcalde de Burriana. Le expliqué lo que me pasaba, que no sabía por donde salir y él lo hizo todo sencillo, me dijo lo siguiente: “¿tú que le dirías al pueblo?” y siguió dándome unos consejos rápidos (que no lo hiciera muy largo, que lo leyera con voz firme y pausada…). Llegué a casa y me puse a escribir y luego se lo di para que me lo puliera y de ahí salió mi primer pregón oficial.

    ep: Debe ser complicado unir todo lo que quieres decir en un escrito tan destacado… ¿cómo se escribe un pregón?

    VB: En mi caso, desde aquel segundo año que te cuento que me ayudó Patuel, los pregones me los he escrito yo y para hacerlos, primero que nada pensaba un tema central sobre el que hacer girar todo el texto: los artistas falleros, la llegada de la primavera, la entrada de charangas en la ciudad, las carcasas en el cielo… lo que sea y después lo vas centrando en las Fallas, porque obviamente ése debe ser el tema central, y luego vas desarrollando el texto alrededor de lo que debes decir. Los pregones siempre tienen un principio y un final marcado, mientras que en el medio creo que debes nombrar a las Reinas, la mayor y la infantil, porque a ellas les gusta y porque son las representantes de la fiesta. Sea como sea, cuando lees un pregón el significado del texto siempre es el mismo, la llegada de la fiesta y el deseo de que todo salga bien y lo pasemos fenomenal, terminando con el necesario “viva San José y vivan las fallas”. De ese esquema no te puedes salir, así que tras tantos años hay poco que cambiar. Si analizas mis pregones verás que de vez en cuando he intentado cambiar algo, lo puedes hacer más largo o menos largo, con más o menos rima pero más o menos ya está todo estudiado. De hecho, si lees los diferentes pregones de todos los pregoneros, decimos lo mismo de diferente modo, de eso se trata. Además te diré que lo verdaderamente importante de un pregón no es tanto lo que se dice, que también, sino cómo se dice. El pregón se ha de leer desde aquí dentro –se señala decidido el corazón-, no se puede hacer de otro modo.

    ep: Al hilo de lo que dices… desvélanos si no te importa, el nombre de la persona que te ha ayudado a ensayar durante todos estos años.

    VB: ¿Ayudarme a ensayar? No, no, eso siempre lo he hecho por mi cuenta, la verdad. Me ponía delante del espejo y allí me lo recitaba todo, le iba cambiando e tono y buscando la forma en la que me gustaba. Aunque yo no lo he dicho nunca de memoria, me ponía delante del espejo y pum, pum, pum… me lo leía una y otra vez. A la hora de escribirlo sí que ha habido varias personas que me han ayudado y algunas de ellas ya te las he comentado: Patuel, Paco Ventura, Arambul también… Sobretodo me ayudaron al principio porque yo era novato y me sentía más inseguro, después ya fueron muchos años en los que me apañé solo y no quise molestar a nadie.

    ep: ¿Alguna vez te han dado directrices para escribir el pregón o te han dicho cómo lo tenias o no lo tenías que decir? O más bien… ¿has hecho lo que has querido hacer?

    VB: No, para nada. Siempre he hecho lo que he querido. Para no mentirte, hubo un año que me lo habían escrito, que me quisieron imponer un pregón. Vino el que era entonces presidente de la Junta Local a mi casa y me dijo: “aquí te traigo el pregón que ya te lo han escrito”, pero yo le dije que no, que si ya se había escrito lo leyera el autor. Él me insistió pero yo le dije que llevaba mucho años escribiéndolo y que no entendía qué mano negra había detrás si se había decidido que lo que yo escribía ya no era bueno. Yo, fui a hablar personalmente con la persona que lo había hecho, que fue Toni Gil, para preguntarle qué había pasado porque sabía que él no tenía ninguna culpa y le expliqué lo sucedido. En su texto había párrafos muy bonitos así que ésos los acoplamos al pregón que finalmente se leyó y que lo escribí yo.

    ep: Bueno, y una vez lo tenemos ya escrito, la primera vez que lo vamos a leer delante de todo el mundo ¿cómo nos sentimos?

    VB: Uf! –mira al cielo como recordando cada momento mientras afloran los sentimientos que experimentaba-. Cada año, al leerlo la primera vez, cuando empezaba en casa de la Reina, sentía un gusanillo en el estómago porque era toda una responsabilidad, como que me faltaba seguridad. Notaba que no estaba al 100% pero conforme lo iba diciendo y lo asimilaba iba tomando seguridad… -se pone a reir y me comenta irónico lo siguiente- ¡No había otra después de repetirlo 20 veces!

    ep: ¿Tenías miedo de equivocarte?

    VB: Mucho. Ya te digo, es una gran responsabilidad; todo el mundo está pendiente de ti y eso es muy bonito, pero también te exige porque si fallas todos lo van a ver. Si alguna vez por lo que sea me engañaba o me perdía –que recuerdo que alguna vez me ha pasado-, tienes que improvisar y estar pendiente de volverte a reenganchar. El problema –ríe al recordarlo- es que también estás pendiente de si se han dado o no cuenta, que la verdad es que no lo suelen notar… pero tú lo sabes más que nadie y eso… pues pone nervioso! –suelta una pequeña carcajada y pone tono confesor- Recuerdo un año –que era la Reina la hija de Capdevila- en el que mientras iba diciendo el pregón me quedé mirando a la Reina y nos sonreímos los dos, lo estaba recitando, casi de memoria y de repente noto que me voy a perder. La vista me fallaba un poco por una infección que tuve en el hojo… voy a buscar en el pergamino la línea en la que tenía que seguir y al cambio de luz se me hace todo negro, no había manera de encontrar la dichosa línea. Fueron milésimas de segundo pero… ¡a ti te parecen años! Ya no me volverá a pasar más, pregón leído y me fui a hacerme gafas casi al día siguiente.

    ep: Viendo tu trayectoria como pregonero, comprobamos que no hay una línea recta en tu carrera, ¿cuál fue la evolución?

    VB: Pues tras la primera vez, me volvieron a decir de hacer el pregón así que volví a pedirle ayuda a Patuel y él me arregló definitivamente el texto pero no se cortó en decirme que no volviera más –reímos a carcajadas, sobretodo él, que recuerda cada momento como si fuera ayer-. Así que ya no volví más; a partir de aquel momento me las apañé como pude. En el 88 terminé temporalmente con el pregón y le cedí el testigo a Piqueres; era presidente al año siguiente del Axiamo y la verdad es que no quería tantas obligaciones. Aun así, el parón duró poco porque en el ’89 vinieron a hablar conmigo porque querían que lo volviera a hacer… yo, pego “la cabotà” y acabo haciendo ése año el pregón. Pero sucede esto que dan la misma importancia al pregonero que a un personaje de comparsa así que me cabreé y cuando vino Alfonso Ferrada a pedirme que fuera nuevamente el pregonero en el ’90 le dije que no. Pasó ése año y en un pleno de presidentes, Juan Ballester saca a colación lo siguiente: “a ver Alfonso… ¿qué es lo que pasó que Vicente no hizo el pregón el año pasado? Haz el favor de pedirle perdón porque lo que pasó lo sabemos todos…” El pobre Alfonso me dijo “Xe Vicent, perdona!” así que yo dije que ya que me había pedido perdón, retomaba el cargo y de ahí…ya no me quita ni Cristo!. A partir de entonces lo hice cada año hasta el 2007.

    ep: Supongo que ya no haría falta ni que te lo pidieran…

    VB: sí que me lo pedían, sí. Además yo quería que me lo dijeran cada año, con un “conte’m en tú” me era suficiente, o como un año que Sancerni me dijo “firma ya para cuatro años!”; pero sí que es verdad que siempre he querido que me lo dijeran.

    ep: ¿has pensado alguna vez porqué te lo dijeron la primera vez?

    VB: Creo que porque ya había tenido actuaciones delante del micro y ya me habían visto que tenia gracia, que hacía las pleitesías bonitas y claro, todo eso hace pensar que soy una persona preparada para hablar delante de la gente –que no es fácil-.

    ep: Escuchándote deduzco que lo hacías con gusto y que te sientes orgulloso de ello pero en el 2007 abandonas definitivamente el cargo… ¿qué pasó?

    VB: A parte de que ya me daba cuenta que me había echo mayor, lo que me hizo decidirme fue principalmente mi salud. Tenía un problema en la pierna del que me podía haber quedado cojo pero gracias a Dios al final todo ha salido bien, me he curado y sigo estupendamente; la pierna con sus más y sus menos también sigue hacia delante. Ya no me importaría volver a hacer el pregón porque me siento en condiciones físicas de hacerlo (aunque no tengo 25 años!) y la voz todavía la noto potente y me la cuido.

    ep: Vamos que si te llamaran, volverías a las andadas.

    VB: Si hiciera falta lo haría pero ahora no. Fede lo está haciendo estupendamente, no sé si seguirá o no seguirá haciéndolo, pero ahora es su momento.

    ep: ¿Cada pregonero es único y tiene su momento?

    VB: ¡Claro! Pregoneros la verdad es que habían más, yo siempre había pensado en él pero también tenía en mente otros, aunque claro está que eso es cosa de JLF. Recuerdo que una vez le comenté a un presidente de JLF que pregoneros en realidad hay muchos, si lo piensas verás que hay muchos; ahora bien, si les pagaras, porque yo lo hago gratis, porque me gusta y porque así creo que debe ser (me he costeado muchos años los pergaminos de pregonero porque tenía ilusión de hacerlo así y porque me gustaba) pero eso no lo hace todo el mundo. La verdad es que ese cargo, cuesta más que menos… He de decir que es verdad que me invitaban a la cena de gala, aunque bueno… eso es lo de menos.

    ep: Porque ser pregonero, Vicente ¿es una tarea más que nos toca hacer gratis por las Fallas, o más bien es todo un honor?

    VB: Es, sin duda alguna, todo un honor para cualquier fallero que se precie. Por supuesto que es un honor para quien siente las Fallas. Es pesado, porque al final se hace pesado, sobretodo antes cuando te tocaba hacer el pregón 20 veces, e ir caminando por toda la ciudad hiciera frío o calor durante 3 horas y media, pero si sientes las Fallas, necesariamente te gusta.

    Ep: Como “experto” en la materia que eres, ¿qué opinión te merece el pregonero actual?

    VB: Creo que es un chico que lo hace muy bien, que sabe hablar, que sabe estar, que se lo prepara, se viste de valenciano y lo hace realmente bien. Ha tenido mucha idea de hacer actuaciones, como por ejemplo este año que estuvo acompañado por la Arenilla y lo hizo más atractivo y más vistoso. Si tuviera que sacarle una pega, tal vez le diría que lo hiciera un poco más corto aunque claro, eso es algo muy personal y él como pregonero es amo y señor para poder hacer lo que quiera, puede que incluso se trate de una cuestión de gustos así que no hay más que decir. Recuerdo que tuvo un detalle muy bonito conmigo el primer año que fue él pregonero, comenzaban en la Falla la Bosca y yo estaba allí para verlo y dijo que iba a leer el pregón con mi permiso y me agradeció que le hubiera cedido el testigo a lo que todo el mundo reventó a aplaudir. La verdad es que me emocionó que tuviera ese gesto.

    ep: ¿Ha evolucionado el pregón o sigue estanco a pesar del paso de los años?

    VB: Sí es cierto que ha evolucionado, por suerte, como te decía, al principio era realmente pesado. A lo largo de los años se ha ido cambiando hasta adaptarse a como es hoy que creo que es, sin duda, la forma más acertada. Recuerdo que incluso hubo un año en que se probó en hacerlo sábado por la tarde, se hizo solo en casa de las Reinas y luego en el Ayuntamiento, sin pasar por las Fallas; además, me tocó hacerlo “a pelo” puesto que no había megafonía –decían que para tan poco rato, no merecía la pena-. Aquel año fue un verdadero fracaso, yo creo que porque no era día para hacerlo, la gente estaba comprando y como además no pasamos por cada Falla… no hubo tanta participación. Más adelante, nació la idea de crear los cuatro puntos o sectores, se agrupó a las Fallas según cercanía de modo que no se hiciera tan largo. Así, ha quedado como es ahora y es mejor por treinta motivos diferentes: es domingo por la tarde así que todo el mundo está libre, cuando acudes a un sector, al haber cuatro fallas juntas, hay más gente y da calidez y alegría al acto, luego todo el mundo se concentra en el Ayuntamiento y aquello queda abarrotado, la megafonía además puede acompañar todo el rato y consigue que se oiga mil veces mejor, al no ser tan largo se hace más ameno para las mismas falleras y hay gente que incluso se atreve a seguirte desde el principio… en fin, que creo que ha sido una decisión acertada la que se tomó.

    Por otra parte está la figura del pregonero, que al principio parecía que la figura del pregonero no se tenía en cuenta, era sólo uno más sin importancia. Cuando entró de presidente de JLF Juan Granell, la cosa cambio; Granell reconoció que el pregonero se merecía un poco más, que no es un personaje de comparsa –porque un año llegaron a hacerle el mismo regalo que al personaje de comparsa…-, ocupa un cargo representativo en las Fallas de la ciudad y es muy complicado de representar (tienes que escribir un texto que anuncie la llegada de las Fallas y luego leerlo delante de todos tan bien como merece la ocasión); no es nada fácil.

    ep: ¿Crees que todavía puede seguir evolucionando o ya se ha hecho todo lo que se podía por este acto?

    VB: Hombre, el pregón en sí yo creo que está ya aprovechado al cien por cien. Ahora bien, se pueden poner más cositas del tipo de actuaciones, como se hace ahora, que lo hagan más atractivo pero lo que es el pregón en sí no creo que de ya más de sí.

    ep: Vicente, has ocupado muchos cargos en comisiones pero también has sido miembro de JLF, ¿qué faena es más difícil de capear?

    VB: La Falla, la Falla. Estuve en JLF y me pareció que ahí no se torea en exceso, eso es… “pan comido”. Cuando tienes el bolsillo lleno y ganas de hacer cosas, no hay mayor problema, es muy bonito tener el arca de Noé llena pero en las Fallas no hay arca que valga. En una comisión tienes que trabajártelo tú y ése es el resultado que tienes; es más bonito, más familiar… La JLF es otro mundo distinto.

    ep: Un fallero como tú que como estamos comentando, ha superado tantos baches, ¿cuál cree que es la receta para superar la actual coyuntura económica?

    VB: Hoy en día tenemos que salir del paso, tal y como está la situación hemos de luchar por mantenernos y eso no se consigue saltando y brincando sino haciendo una evaluación realista de la situación y adaptándonos a nuestras posibilidades. El Ayuntamiento y todos en general, estamos bajo mínimos así que se ha de recortar por donde se puede, no hay más. Yo lo único que quisiera es que las Fallas no acabaran y eso es algo que parece que hoy en día peligra. Veo muchas Fallas que hoy por hoy está seriamente afectadas; Fallas que antaño tenían monumentos de categoría, que plantaban buena falla, hoy en día simplemente pelean por poder plantar. Si queremos sobrevivir no hay más que apretarse el cinturón y trabajar duro; ya vendrán tiempos mejores. Hemos de jugar a ahorrar. Pediría también a la gente joven -que hoy en día están un poco desvinculados de las Fallas-, les rogaría el favor, que arrimaran el hombro y se implicaran más porque el futuro de la fiesta es sin duda suyo. Si no nos esforzamos todos un poco no conseguiremos seguir adelante aunque creo que las Fallas jamás se acabarán.

    ep: En casa, tu familia ¿qué decía, que ya estaba bien o te animaban a continuar?

    VB: En mi casa siempre he tenido todo el apoyo del mundo, de hecho cuando quise dejarme las Fallas mi mujer me dijo que no tenía conocimiento porque yo he sido como ves, muy fallero y siempre he ido delante, sobretodo siendo presidente –“si no está el pastor, el ganado se descarrilla”-, porque nunca he sabido ser de los que se quedan atrás, entonces pues mi familia no lo tenía muy claro que me lo dejara.

    ep: Y todo ese esfuero… ¿recompensa?

    VB: Me recompensa… pues que la gente te ve y tú te ganas el nombre, el que es bueno lo es y el que es malo también. Una persona se gana o no se gana las simpatías en función de sus actos; yo he sido muy respetado y he trabajado duro para ello y he disfrutado haciéndolo. Esa es mi mejor recompensa. Este año me hacen el homenaje y me siento muy agradecido con todos. Las Fallas para mi han sido… -se frena al tratar de definirlas y noto que le aflora el sentimiento- en fin, una parte de mi vida, una parte muy importante, he sentido la traca y el fuego muy, muy adentro y si se ha acabado no ha sido porque hayan dejado de gustarme sino porque bueno, todo en la vida tiene que acabar, tiene su ciclo y el mío ya terminó.

    ep: Noto mucha emoción en tus palabras… ¿te has emocionado alguna vez? ¿Cuáles son los mejores recuerdos que guardas?

    VB: Yo he llorado muchas veces, muchas; me iba a un rinconcito donde nadie me viera –porque ya sabes que un hombre llorando parecía que…- y cogido de la mano de una fallerita que he tenido muchos años, Elia, nos íbamos detrás de un coche y nos fundíamos en un abrazo y nos salía todo el sentimiento. También guardo los momentos que he desfilado con mis hijas por el Fallero y el Payá; llevar a mi hija mayor, Susana con lo guapa que era, en el ’92 por el pasillo del fallero, cogida del brazo, lo recuerdo como uno de los momentos más felices de mi vida. Esos dos momentos, fueron realmente felices, Vicente era el más ancho y el más feliz del mundo. Obviamente también recordaré para siempre la primera vez que leí el pregón porque ser el primero y por la emoción y el nerviosismo que sentía.

    ep: Ya para acabar, Vicente, ¿has una evaluación positiva de tus años como fallero?

    VB: Totalmente. Como te comentaba antes, comencé casi por casualidad en la Falla del Axiamo y la fuerza de las Fallas, que es una fiesta con mucha fuerza, me absorbió por completo. Es que ya lo sabes tú, que nuestra fiesta Fallera es inigualable, mueve muchos millones sobretodo en la economía local, de eso podemos dar fe los falleros, y además es un reclamo que viene gente de todas las ciudades de alrededor, con unos monumentos impresionantes, siendo verdaderos escultores los artistas falleros –yo los pondría en un altar-.En fin, todo lo he hecho con mucho sentimiento, con sinceridad y por ganas propias. Siempre he sido un fallero de los que van delante, nunca me he sabido ni he querido quedar al margen (ya lo ves en mi currículum fallero). Siempre he dicho que fallero de verdad es el que va a todo: a hacer carroza, a los pa-i-portas, a plantar, a montar la cruz, a las rifas… ¡a todo! Así que ya me ves siempre he ido delante porque me ha gustado la guerra, guerra de la buena y lo que tengo hecho por las Fallas, estoy muy contento, muy feliz y muy orgulloso de haberlo hecho y que me perdonen, pero creo que de mí no se puede hablar mal respecto las Fallas.

     

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