División de opiniones y escasa asistencia para protestar por el retraso de los chiringuitos

Surrealista. No cabe otra expresión para describir la concentración pacífica habida esta noche en el Arenal de Burriana para protestar por el retraso en la apertura de los Chiringuitos. A las 10 de la noche, hora de la convocatoria, apenas había 50 personas, en su mayoría guarecidas en la zona arbolada del camping, y con cierta timidez a la hora de advertir su presencia. Los medios informativos hemos esperado algo más de una hora por si la cosa se iba nutriendo y a las once menos cuarto se han oído unos tímidos silbidos. En ese instante ya se podían contabilizar unos 150 jóvenes diseminados en diversos grupos, controlados por una patrulla de la guardia civil, y con presencia también de unidades de paisano de la Policía Local.

Había más gente paseando y tomando la fresca para presenciar el espectáculo, que gente en actitud de protesta. Eran más críticos los padres que paseaban, y que comentaban que prefieren aguantar el ruido de los Chiringuitos, antes de que sus hijos se vayan a Moncófar y tengan un accidente, que los propios manifestantes.

Sobre las once, cuatro o cinco personas abren dos pancartas. Los fotógrafos respiran tranquilos: ¡ya tienen foto! En una se lee “A treballar fora. A disfrutar fora. Calpe fora”. En la otra “Als Xiringuitos i a la joventut el PP ens ha fotut”. Pese a que las consignas van en contra del gobierno municipal acceden a hacerse la foto, en el carril bici, frente al chalet del vecino que ha llevado al alcalde ante los tribunales por el tema de los Chiringuitos. Mientras, se intenta organizar una fotografía, ya que la gente se encuentra muy dispersa, entorno a las pancartas, pero la mayoría se niegan a acercarse, pues no comparten su contenido. “Aquí a qué hemos venido, a protestar contra el vecino que impide que se abran los Chiringuitos, o contra el PP”, se oye desde un grupo situado en el centro del campo de fútbol del Arenal. “Hay dos bandos divididos”, señalan algunos para explicar a los que no comprenden la situación. A las 11:30, momento de cerrar esta crónica, parecía que iba acudiendo más gente, y se oía de vez en cuando algún silbido, no se sabe si contra Calpe, los portadores de la pancarta o el vecino.