La concejalía de Vía Pública recicla y repara mobiliario urbano que se acumulaba en el almacén municipal

Frente a la crisis, la concejalía de Vía Pública del Ayuntamiento de Burriana, que dirige Pedro Sancerni, se ha puesto a optimizar y reciclar recursos, aprovechando mobiliario urbano en desuso que se acumulaba en el almacén municipal, convertido en auténtico baúl de los recuerdos, donde todavía se conservan piezas de museo como una bomba manual para apagar incendios de principios del siglo XX, o un camión con una escalera extensible, accionada por poleas, de los años 50.

La primera medida adoptada, en la línea de aprovechar el material retirado de la vía pública, fue reparar y acondicionar varias docenas de bancos antiguos, instalados en su día en el jardín de El Pla, el del Beso y otros espacios públicos, para alojarlos en el cementerio, donde había zonas que sí disponían de bancos de piedra, y otras que no, al no contemplarse en su día en los diferentes proyectos de ampliación del camposanto. Una medida tan sencilla como esta le valió al concejal numerosas felicitaciones por parte de la gente que frecuenta el cementerio, en especial el día de Todos los Santos.

En la plaza del Ayuntamiento, y aprovechando la inauguración de la exposición Espais de Llum, se retiraron todos los vehículos aparcados en la plaza, y se instalaron unos bancos a su alrededor, que están siendo muy utilizados por cuantos visitan la iglesia de El Salvador, ya que desde ellos se puede observar tranquilamente la fachada del monumento. Pues bien, esos bancos, que en otras épocas se hubiesen comprado, sin más, pertenecen a la urbanización Novenes de Calatrava, de donde se han tomado prestados hasta que finalice la exposición, a la espera de ver que solución se da a todo este entorno.

También se han reaprovechado bolardos que se habían quitado de otros sitios, que fueron sustituidos por otros más modernos, y se han colocado en lugares que hacían falta, como la salida del colegio Illes Columbretes.

Las señales de tráfico, cuyos postes se fabrican ahora redondos y de aluminio, son presa fácil de los que no respetan el mobiliario urbano, y con una simple patada se rompen por la base . Hasta no hace mucho había un gran surtido de palos en el almacén municipal para reponerlos de inmediato. Actualmente, personal cualificado de Vía Publica los repara, metiéndoles por dentro un tubo de hierro de unos cincuenta centímetros, que sujetan con remaches. El poste de la señal no sólo queda reparado, sino que se convierte en un elemento casi indestructible.

Otra medida que ha sido muy bien recibida, en contraposición a todos los grandes planes que desde décadas se han proyectado para el Arenal, ha sido la instalación de mesas para hacer picnic en lo que fue el antiguo camping, y que ya están siendo utilizadas por gente que los domingos se acercan a la zona costera para comprar en el Mercaplaya, y aprovechan para organizar una comida campestre.

Visitar el almacén municipal es como entrar en las entrañas de Burriana. Allí se acumula todo lo que tiene que ver con las fiestas (toriles, barreras, la Font del Vi…), señales de tráfico, números de policía, centenares de llaves de locales y casetas municipales, carcasas y palos de farolas, barcas para limpiar el Clot de la Mare de Deu, esculturas al aire libre que han sido retiradas y esperan nueva ubicación, antiguos arcones que se empleaban para guardar herramientas en la vía pública, vallas, fuentes, contenedores, materiales de reparación, señales de tráfico, maquinaria, como el tractor de quitar piedras en la playa, incluso el medidor por el que pasaron generaciones de reclutas de reemplazo de Burriana, hasta que a finales de 2001 se puso fin al servicio militar obligatorio en España.