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Breve historia de la Semana Santa de Burriana

    Burriana celebra estos días su Semana Santa con la contemplación de sus desfiles procesionales, de las Hermandades y Cofradías, y especialmente la magna procesión de la noche del Viernes Santo en la que desfila por la calles de nuestra ciudad el Santo Sepulcro.

    Si a alguien hay que agradecer lo que actualmente es la Semana Santa de Burriana es al que fuera párroco del Salvador, don Cornelio Monfort, quien nada más llegar a Burriana en julio de 1961 quiso potenciar los actos religiosos propios de la Semana Santa, proponiendo a asociaciones y barrios la fundación de cofradías para que acompañaran a la del Santo Sepulcro, fundada en 1930.

    Antes de que se crearan las Cofradías y Hermandades en Burriana, las fiestas de la Semana Santa en nuestra ciudad giraban en torno a los Clavarios o Festers tanto de “Nostra Senyora” la Virgen de los Dolores, que hacía la fiesta y procesión el jueves santo, como de “Nostre Senyor”, que la celebraba el viernes. Cada año, dos familias, los Clavarios, se encargaban de sufragar los gastos que las fiestas ocasionaban: Clero, Misa, oficios de Semana Santa, cirios y música de las procesiones, los Monumentos alrededor de la urna que contiene la sagrada Hostia, que señala simbólicamente el apresamiento de Jesús, etc. El Festers salían en la procesión en lugar preferente, y ocupaban un lugar destacado en la iglesia durante los oficios de Semana Santa. Era un honor ser Clavario, por lo que había largas listas de espera, hasta el punto de que algunos no podían ver cumplida su ilusión en vida, heredando tal honor sus hijos.

        

    El Fester de Nostre Senyor se encargaba de su Monumento y los turnos de Vela, de la procesión del Santo Entierro el Viernes Santo y del Cortejo al Santísimo Sacramento en la procesión del Encuentro del Domingo de Resurrección. Los de la Virgen de los Dolores se encargaban de culto a la imagen de la Dolorosa, su altar, que antes de la guerra civil se engalanaba en la iglesia de la Santísima Sangre de la calle Mayor, derribada en el verano de 1965, de donde partía la Virgen de los Dolores para la procesión del Encuentro. También se encargaba el Clavario del Septenario y la procesión de la Virgen, que entonces se celebraba el Jueves Santo.

    El programa de actos, hace justo cien años era el siguiente:

    Domingo de Ramos: Bendición de Ramos, Procesión, Sermón Conventual con asistencia del Ayuntamiento.

    Miércoles Santo: Por la tarde, a las tres y cuarto, Oficio de Tinieblas. Por la noche, después del Septenario, traslado de las Imágenes del Santísimo Ecce-Homo y la Virgen de los Dolores desde la parroquia a la Capilla de la Sangre.

    Jueves Santo: Oficios de la mañana a las ocho y media, con asistencia del Ayuntamiento. Por la tarde Oficio de Tinieblas. Por la noche, a las ocho, Procesión para la visita de los Monumentos de los Sagrarios. En la Purísima Sangre se levanta el Monumento a expensas del Clavario de la Virgen. Por la noche, también a las ocho, solemne Procesión a la Virgen de los Dolores con asistencia del Municipio. A las diez de la noche, Sermón de Pasión por el Padre Cuaresmero. A las once Adoración Nocturna.

    Viernes Santo: A las cinco, Hermandad, Vía-Crucis y Sermón en el Calvario. A las ocho, Oficios de la mañana. Por la tarde, a las tres y cuarto Oficio de Tinieblas. Por la noche, a las siete, Sermón de la Soledad de la Virgen por el Padre Cuaresmero y Procesión del Santo Entierro. Seguidamente traslado de la Virgen de los Dolores a la casa del Clavario.

    Sábado Santo: A las siete y media Oficios del día. A las diez, toque de Gloria y Misa de Resurrección. Por la tarde, a las siete, Sabatina Solemne en el altar de la Virgen, instalado en la casa del Clavario.

    Domingo de Pascua: A las seis, Procesión del Encuentro. A esa hora partirá la procesión de la Virgen, dirigiéndose a la plaza Mayor, donde se verificará el Encuentro con el Santísimo en custodia (a finales de los setenta se sustituyó el Santísimo por una imagen de Cristo Resucitado). Misa con sermón del Padre Cuaresmero.

    Lunes de Pascua: A las nueve, Conventual y último Sermón del Padre Cuaresmero. Por la tarde, a las tres, Vísperas y elección de Clavarios para las fiestas del próximo año”.

        

    Esta forma de celebrar desde tiempo inmemorial la Semana Santa se vio satisfactoriamente modificada en 1930 con el nacimiento de la Cofradía del Santo Sepulcro. En el Diario de Castellón del 2 de febrero de 1930 se ofrecía la siguiente noticia: “los componentes de la floreciente Cofradía del Santo Sepulcro, han acordado presentarse, por vez primera al público en la próxima Semana Santa, asistiendo a la procesión del Santo Entierro – Viernes Santo por la noche – vistiendo túnicas de Nazareno iguales a las que usan las Cofradías de Sevilla y otras poblaciones de España. Como sabemos quienes están comprometidos en tal feliz acuerdo no dudamos que va ello a ser una agradable realidad”. Dos meses más tarde, a primeros de abril, se expuso al público en el escaparate de Saera el traje de Nazareno que iban a lucir por primera vez los cofrades en una procesión que desató un inusitado interés por ser la primera vez que en Burriana se iban a ver trajes de Nazareno.

    El diario La Provincia Nueva se hacia eco de aquella primera procesión señalando que “un gentío inmenso presenció este año con el recogimiento debido a la solemnidad del acto, el paso de las largas filas de los nuevos cofrades, los cuales ostentaban sus negras vestas de encapuchados y sus largas colas, dando Guardia de Honor al Santo Sepulcro precedidos por la brillante banda de cornetas del 5º Tercio de la guardia civil, montados en magníficos caballos blancos, y de la tropa, banda de cornetas y tambores y banda de música de nuestra Cruz Roja, orgullo legítimo de Burriana. El nuevo estandarte de la cofradía era llevado por el conde de Berbedel – José de Prat y Dasí, también Barón de Sort –, acompañados por los señores Ninete y Molina, oficiales jefes de la guardia civil y carabineros de Burriana”.

    Al año siguiente, 1931, las solemnidades aún alcanzaron mayor esplendor, como explicaba el Diario de Castellón del día 8 de abril: “LAS SOLEMNIDADES DEL JUEVES Y VIERNES SANTO. Este año han rebasado los límites de solemnidad y esplendor que pudiéramos imaginar. En todas las iglesias había artísticos monumentos que fueron visitadísimos por los fieles. El magnífico Ayuntamiento asistió en Corporación a los oficios propios de cada día. Todos los templos de la ciudad se han visto repletos de fieles durante la celebración de los divinos oficios y de modo especial en la visita a los Monumentos, de tal suerte que en algunos casos se hacía imposible el acceso. La mujer burrianense dio una hermosa nota típica visitando los monumentos ataviada con la clásica mantilla española.

    Las procesiones han resultado lucidísimas, dado el gran número de invitados y fieles que asistieron. La nota más saliente ha sido en la procesión del Santo Entierro, con la asistencia de la Cofradía del Santo Sepulcro, que cuenta ya con un número considerable de cofrades que asistieron vistiendo vesta. Abría marcha en la procesión la banda de trompetas del Regimiento de Caballería Victoria Eugenia de Valencia, vistiendo de gala, que ofrecía un aspecto muy hermoso y daba gran solemnidad al acto. Después de numerosos fieles e invitados seguía la Cofradía del Santo Sepulcro. En ella figuraba el santo madero que era llevado por un cofrade a quien daban guardia de honor los gastadores del piquete y un gran escudo preciosísimo de la Cofradía, confeccionado en flor natural, llevado por un cofrade y acompañado por los niños Vicente Moros y Bautista Blasco, regalo del Hermano mayor honorario Excmo. Señor Barón de Almolda, quien también envió desde Valencia flores y artistas especializados para proceder al adorno del Santo Sepulcro, que con la iluminación eléctrica que lució esa noche por primera vez, obra del joven ingeniero don Ramón Vicent, ofrecía un aspecto maravilloso.

    Las presidencias eran formadas: La de la Cofradía por el Rdo. Don José Prat Pádua, en representación del Excmo. Señor Barón de Almolda –
    César de Prat y Dasí –, quien llevaba el estandarte de la Cofradía; a su derecha iba el capitán de carabineros don Honorio Ramos y a su izquierda el teniente de la guardia civil don José Naneti. Otras eran formadas por los clavarios de las fiestas don José Sanz e hijo por la del Sepulcro, y don Pascual Safont y familiares por la de la Virgen de los Dolores. En la presidencia oficial figuraba el Ayuntamiento bajo mazas con su alcalde señor Bautista Soler, quien llevaba a la derecha al teniente coronel de carabineros de la Comandancia don Antolín Pieltain, y al juez municipal don Vicente Moros.

    Seguía la banda de música Filarmónica Burrianense y cerrando la comitiva la banda de tambores y cornetas de la Asamblea de la Cruz Roja y una compañía de carabineros al mando del teniente de la sección de Burriana, don José Molina.

    Lucidísimas en extremo han resultado estas fiestas y de una manera especial los trabajos realizados por la Cofradía del Santo Sepulcro, a quienes felicitamos sinceramente por el éxito obtenido. Gran número de forasteros acudieron a Burriana estos días y todos han salido satisfechísimos, de lo que hemos nosotros también de estar orgullosos y no desmayar en los próximos años, procurando que estas tradicionales fiestas aumenten su esplendor
    ”.

    El Sepulcro originario fue destruido en la guerra civil, y cabe destacar que cuentan que se envió a dorar a Castellón, y lo trajeron a hombros desde allí una veintena de jóvenes. Tras la contienda se construyó el actual Sepulcro, obra del imaginero Francisco de Pablo. Desde hace muchos años lo llevan a hombros treinta y dos personas, en su mayoría chóferes, que se ofrecieron en su día, lo que permitió eximir a los cofrades, e incorporar un mayor número de vestas al desfile, prestándole mayor lucimiento.

        

    Tuvieron que pasar 32 años, guerra civil incluida, antes de que una nueva Hermandad acompañara al Santo Sepulcro. Don Cornelio Monfort, en un intento de potenciar estas fiestas, se reunió con diversas asociaciones católicas y algunos grupos de vecinos de barrios tradicionales de la ciudad. Así, conociendo el gran dinamismo que por entonces tenía la Asociación de Antiguos Alumnos Salesianos, habló con los responsables de la Junta proponiéndoles crear una cofradía, para que apoyando a la del Sepulcro, contribuyeran al esplendor de la Semana Santa. La idea fue recogida con entusiasmo y se fundó la Hermandad de la Oración de Nuestro Padre Jesús en el Huerto, con sede en la parroquia de María Auxiliadora en enero de 1962. El paso se le encargó al escultor Manuel Biot, desfilando por primera vez el Sábado de Pasión de 1962.

    Nada más terminarse la guerra civil hubo numerosas reuniones en el salón parroquial para poner en marcha la Cofradía de la Virgen de los Dolores, sin embargo, el principal obstáculo fue el párroco mosén Elias Milián, que no era partidario de dispersar fuerzas, sino de potenciar las ya existentes, motivado sobre todo porque deseaba que se centraran todos los esfuerzos en la reconstrucción de la iglesia y el campanario. Con la llegada de don Cornelio en 1961, las cosas cambiaron y el Sábado Santo de 1962 hubo una reunión en la que se nombró la primera Junta de la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores, que se hospeda en la iglesia de Sant Blai durante los Oficios de Semana Santa. El Miércoles Santo de 1963 ya desfilaron con unas andas provisionales – las que todavía se usan en la procesión del Encuentro –. La actual carroza, obra del artista valenciano David Solano desfiló por primera vez en las procesiones de Semana Santa de 1966. La Hermandad ha heredado la gran devoción que desde tiempo inmemorial muchas mujeres de Burriana profesan por Nuestra Señora de los Dolores (se dice que antiguamente el cuarenta por ciento de las mujeres de Burriana se llamaba Dolores), de ahí que su procesión sea una de las más concurridas de todo el calendario religioso.

    La Hermandad de Nuestra Señora de la Piedad, con sede en la iglesia de San José de los Padres Carmelitas, fue fundada el 16 de junio de 1963 por un grupo de antiguos alumnos del colegio. Su primera aparición fue el Martes Santo de 1964. El paso de la Piedad es de un excepcional valor artístico, pues es obra del prestigioso escultor valenciano Octavio Vicent. Las figuras se instalaron en el paso en 1965, pues el año anterior, por falta de tiempo, sólo pudo salir la cruz con el paño pendiente. La escena representa a la Virgen sentada al pie de la cruz, teniendo sobre sus rodillas el cuerpo inerte de cristo. Durante estos últimos años la procesión de la Piedad destaca por las bandas de tambores a las que invita, tanto de Almassora como de Alcora.

    La Hermandad del Ecce-Homo fue fundada en octubre de 1963 y tiene como sede la iglesia de la Madres Dominicas. Los representantes del Barrio Valencia se reunieron para estudiar el asunto, y se acordó, que al igual que hacían las comisiones falleras, se saliera por las calles del barrio con capazos para recoger aportaciones voluntarias para poner en marcha la Hermandad. El barrio respondió, y pronto una comisión se trasladó a Valencia para contratar el paso, que se recibió pocos días antes de la Semana Santa, causando gran decepción, pues la calidad artística no se correspondía con la de los bocetos. Las figuras tenían más apariencia de “ninots” de falla que de imágenes de pasión. Pronto serían desechadas y sustituidas por otras de mayor calidad, aunque las primeras fueron las que desfilaron en 1964. El paso se bendijo el Domingo de Ramos de 1964, y desfiló por primera vez al día siguiente, Lunes de Semana Santa.

    La idea de fundar la Hermandad de la Santa Faz brotó durante la Semana Santa de 1967. Varias feligresas del barrio consideraron que la Mercé no estaba representada en los desfiles de Semana Santa por lo que decidieron que al año siguiente la Mercé también tendría su paso y Hermandad. Animadas por la primera presidenta de la Junta de la Hermandad, Francisca Marzal, se pusieron a recoger dinero por el barrio y a captar cofrades, con tal entusiasmo que vieron cumplido su anhelo en 1968. El paso fue bendecido el 7 de abril de 1968, Domingo de Ramos, y ese mismo día realizó el desfile inaugural. El paso es obra del escultor zaragozano Mariano Urdaiz y representa la escena de la Pasión en la que la Verónica se acerca a enjugar el rostro sudoroso de Jesús, quedando éste estampado en el lienzo que la santa mujer lleva a en la manos.

    Treinta y ocho años más tarde, el 10 de junio de 2005, tuvo lugar la bendición por parte del entonces obispo de la diócesis don Juan Antonio Reig Pla de la imagen del Santísimo Cristo del Mar, obra del imaginero Luis Salmerón Verdú de Socuéllamos (Ciudad Real). También nacía en esa fecha una nueva Cofradía, erigida canónicamente aquella misma jornada, y que desde entonces representa a los poblados marítimos durante la Semana Santa. Con 134 cofrades se fundó esta nueva Hermandad, la séptima, que contó con el apoyo incondicional del entonces cura párroco de Nuestra Señora del Carmen Vicente Borja, y de su actual titular Antonio Losas. El color de la vestimenta de los cofrades, 134 en total, responde a los orígenes de las cofradías de la sangre valencianas en la Edad Media, fundadas por San Vicente Ferrer, con colores negro de penitencia y rojo de la sangre de Cristo. La imagen del Santísimo Cristo del Mar y el trono procesional que le acompaña, de madera decorada en oro, es llevada a hombros por 25 cofrades, que desfilan por el caserío marítimo la noche del Viernes de Dolores, y en la procesión del Santo Entierro. El escudo de la cofradía, representa un ancla con tres coronas, rodeada de la corona de espinas.

    comentarios 3 comentarios
    alguien del puerto
    alguien del puerto
    19/04/2009 11:04
    pues si

    totalmente de acuerdo con el comentario anterior,mucha gente ha colaborado para que se pudiese llevar a cabo la idea de hacer el cristo,para que ahora otros se lleven el merito. antes de publicar una noticia hay que documentarse

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