El Ayuntamiento espera poder iniciar las obras del Teatro Payá después de las presentaciones de las Reinas Falleras
La ciudad realizará en el Teatro Payá la segunda mayor inversión en un edificio, después del CEAM, gracias al plan especial de apoyo al empleo y la inversión productiva en municipios de la Generalitat. El presupuesto de ejecución material asciende a 3.464.923,70 euros, a los que hay que sumar los gastos generales y beneficio industrial, honorarios de proyectos y dirección de obra, por lo que el precio total de ejecución por contrata, incluyendo el IVA, suma 4.998.409,30 euros. Este proyecto, junto al de mejoras en el Mercado (119.433,60 euros), la Casa de la Música (399.994,82 euros) y la urbanización de un tramo de la avenida Cañada Blanch (612.141,24 euros) ya han sido aprobados por el Consell. Falta hacerlo en el caso de la construcción de gradas y nuevos vestuarios en el complejo deportivo de Llombai con una inversión de 812.858,58 euros.
El Ayuntamiento espera que en los próximos días la Generalitat les confirme la posibilidad de conveniar, para que sea el municipio el que licite y adjudique las obras. Tal circunstancia estaba vetada para los municipios de más de 10.000 habitantes; sin embargo, el Consell aprobó el pasado 19 de junio un convenio marco que permitirá a los grandes Ayuntamientos hacerse cargo de sus propios proyectos ante la dificultad de algunas Consellerías, como la de cultura, de hacerse cargo de la avalancha de proyectos de su competencia.
El Teatro Payá es el único que queda en Burriana - después del derribo a principios de los noventa del Teatro Principal - y fue construido en 1958, según proyecto del entonces arquitecto municipal Enrique Pecourt Betes. En el solar donde se encuentra el teatro existía ya el antiguo teatro Oberón, construido en 1910, en el que actuaron grandes artistas como Miguel Fleta, Abel Mus o José Iturbi.
El solar que corresponde al teatro y espacios anexos, ocupa una parte importante de la manzana delimitada por el Camí d’Onda, plaza 9 d’Octubre, calle Hortolans y calle Vicente Marco Miranda. La entrada principal se encuentra en el Camí d’Onda, con un ancho libre de 4 metros. Por encima de esta entrada existen dos viviendas privadas no vinculadas al teatro. Las fachadas posteriores están situadas en la calle Vicente Marco Miranda, con 35 metros de longitud, chaflán con la calle Hortolans, con otros 35 metros.
Uno de los principales problemas que presenta el teatro es el mal estado de la estructura del graderío que forma el anfiteatro, integrado por vigas armadas de acero laminado que salvan una luz de 20 metros sobre las que se apoyan las cerchas y viguetas que forman el graderío.
La solución que plantea el proyecto básico redactado por el arquitecto burrianense Javier Tena, es intervenir en la seguridad estructural, reforzando y sustituyendo los distintos elementos portantes, según los estudios previos realizados por un laboratorio de control, cumpliendo las normativas existentes para este tipo de actividad. También se pretende reformar todos los servicios y aparatos sanitarios. Se realizarán mejoras y renovación de materiales degradados. Se generarán nuevos espacios para dotar al edificio de las instalaciones necesarias para llevar a cabo la actividad propia de un teatro. El ennoblecimiento exterior del edificio será otro objetivo, así como dotar a las instalaciones de los elementos tecnológicos en el ámbito escenográfico. Instalaciones de climatización, aire acondicionado para frío y suelo radiante para calor, serán otras mejoras para conseguir un espacio cómodo y seguro.
En el escenario se rebajará la cota del mismo un metro, se ampliará el foso de la orquesta y se dispondrá sobre éste una plataforma hidráulica que permitirá la ampliación de la escena. También se rebajará la cota del semisótano que existe debajo del escenario para adecuarlo como almacén, y se dispondrá de un ascensor montacargas que permita transportar el material escénico a todas las plantas. El proyecto prevé dotar al edificio de nuevas oficinas de gestión del teatro, dotación de nuevos camerinos, todos ellos con aseos, y creación de aulas de teatro. En el patio de butacas, con un aforo total, incluyendo el anfiteatro y un pequeño palco, de 850 plazas, se sustituirá el pavimento existente, manteniendo la pendiente actual. También se sustituirán los revestimientos interiores de los cerramientos y falsos techos acondicionándolos térmica y acústicamente. Finalmente, se sustituirán todas las butacas haciendo una redistribución de las filas.
