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José Bové defiende en Burjassot las directrices de la soberanía alimentaria en la segunda conferencia de la Escuela de Pensamiento Crítico

José Bové defiende en Burjassot las directrices de la soberanía alimentaria en la segunda conferencia de la Escuela de Pensamiento Crítico
    La Escuela de Pensamiento Crítico ha vuelto a abrir sus puertas esta tarde en el Centro Cultural Tívoli de Burjassot, sede de la Escuela, para albergar la conferencia del sindicalista francés José Bové. Su ponencia ha estado precedida por una breve presentación por parte Ignacio Ramonet, director de Le Monde diplomatique en español y director, también, de la Escuela. En ella, Ramonet ha destacado la figura del líder de la llamada “Vía campesina”, como un referente en la lucha contra la globalización y férreo defensor de una agricultura mundial justa, sostenible, ecológica y solidaria comentando, incluso, que José Bové se presentará a las próximas elecciones europeas de 2009, para seguir trabajando por la consecución de los ideales en los que cree.

     

    Bové ha centrado su intervención en el análisis y la crítica a la situación actual de la agricultura mundial y las políticas agrarias impulsadas desde la Organización Mundial del Comercio (OMC). Iniciando su ponencia con una alarmante relación de datos en la que ha destacado que, en la actualidad, existen más de 1000 millones de personas que, según la ONU, mueren o se encuentran en situación de desnutrición, Bové ha explicado la sorprendente y preocupante paradoja que existe cuando, a pesar de esta dramática cifra, la producción mundial de productos agrícolas no cesa y, es más, no ha disminuido. Además, Bové completado esta información afirmando que el 60% de estas personas son campesinos, personas que viven y trabajan en el campo.

     

    Bové ha justificado esta situación y otras derivadas de ella en el hecho de la inclusión de la agricultura, por parte de la OMC, en los sistemas y normas de comercio internacional tratándola como otra mercancía o actividad industrial, hecho que denuncia Bové ya que, según sus palabras “la función esencial de la agricultura no reside en el beneficio económico y lucrativo sino en permitir a los seres humanos satisfacer una necesidad básica como es comer y, por tanto, vivir”.

     

    Como idea alternativa a las políticas que, actualmente, dirigen la agricultura mundial, Bové ha defendido la idea de “soberanía alimentaria” basada en el “derecho de los pueblos a alimentarse con su propia agricultura, en el derecho de los países para la construcción de sus propias políticas agrícolas con la subyacente voluntad de salvaguardar y garantizar la alimentación de sus poblaciones”. Una soberanía alimentaria ésta que, según Bové, se construye a partir de tres pilares básicos: una política agraria que genere y garantice empleo para la población campesina, una producción agrícola basada en la diversidad y en la producción a partir de los recursos naturales existentes, rechazando frontalmente los llamados organismos genéticamente modificados (OMG) y una política agraria que no re rija por la lógica industrial sino que asiente sus raíces en la conservación y reconquista del Mediambiente.

     

    Trabajo y compromiso social para la consecución de un mundo ecológicamente responsable y que de la espalda a las lógicas de ayer”. Con esta frase ha cerrado su ponencia José Bové, después de cual, se ha abierto un turno de media hora en el que el público de un de nuevo abarrotado Tívoli ha tenido la oportunidad de intercambiar opiniones y argumentos con el ponente. La segunda “lección” de la Escuela de Pensamiento Crítico se ha cerrado con el anuncio, por parte de Ignacio Ramonet, de la próxima conferencia, la cual tendrá lugar el próximo 13 de marzo teniendo como ponente al politólogo y economista Ricardo Petrella. En este caso, el fundador del Grupo de Lisboa y profesor de la Universidad de Lovaina abordará la cuestión del problema del agua, así como las consecuencias derivadas de su mal uso. Para ir creando un espacio abierto a la reflexión previa, Ramonet ha lanzado un dato también alarmante: 30.000 personas mueren diariamente, en la actualidad, teniendo como causa la falta de agua o la ingestión o contacto con “malas aguas”.

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