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Como en casa. La joyería PEMAR de Burjassot hace a sus clientes ejes principales de un fin benéfico

Como en casa. La joyería PEMAR de Burjassot hace a sus clientes ejes principales de un fin benéfico
  • El establecimiento que Pedro Martínez abrió en Burjassot hace casi dos décadas, realiza un donativo a la ONG Cáritas Parroquial por cada persona que visite el comercio y valore su escaparate

  • La joyería participa en el XV Concurso de Escaparatismo de Burjassot con una creativa iniciativa cuya filosofía es fomentar el comercio local, de proximidad, familiar y amigo

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Con el firme objetivo de ayudar a los más necesitados, a la par que hacer del fomento del comercio local el referente del comercio próximo, familiar, de calidad y amigo, el joven joyero Pedro Martínez se ha puesto manos a la obra y ha diseñado un escaparate que no deja indiferente a nadie, ni a pequeños ni a mayores. Tanto el diseño, como el lema, no podían ser más acertados: Como en casa, y es que así cree Pedro que “es como deben sentirse las personas que acuden a realizar sus compras al comercio local, un comercio que entendemos ha de ser próximo, familiar, cercano y, como no, adaptado a las necesidades de nuestros clientes. Establecimientos que, cada día que abrimos nuestras puertas, hemos de hacer del trato con el cliente, y de la calidad que le ofrecemos, lo más importante”.

El escaparate que ha creado este joven artesano que abrió las puertas de su joyería en el número 57 de la carretera de Llíria de Burjassot hace ahora casi 20 años, participa en el XV Concurso de Escaparatismo que ha organizado la Associació de Comerç i Servicis de Burjassot. Pero Pedro Martínez ha querido ir más allá y, por eso, las horas de trabajo empleadas en diseñar la que es una vivienda de dos alturas donde las joyas hechas con sus manos son las protagonistas, servirán también para llevar adelante una iniciativa solidaria. “En momentos difíciles para tantas familias, y que resultan más complicados aún, si cabe, en las fechas a las que nos acercamos, hemos de ser solidarios e intentar ayudar, en la medida de lo posible, a las personas más necesitadas. Cualquier pequeña aportación es buena y, dado que este concurso va a suscitar la visita de potenciales clientes a la joyería, qué mejor manera de agradecerles su tiempo y su confianza que aportando un donativo a una ONG por cada persona que acuda a PEMAR a que le selle su cartilla”.

Los clientes se convierten así en eje principal del fin benéfico que llevará Pedro Martínez adelante, ya que el joyero contabilizará cada persona que, en la ruta del concurso de escaparates, acuda al comercio a recoger su cuño para, posteriormente, convertir cada visita en una aportación alimentaria que él donará a la ONG Cáritas Parroquial. Así, el cliente tan sólo ha de pasear por las calles de Burjassot, visitar los comercios participantes en el concurso y, una vez selladas todas las casillas, elegir los tres escaparates que más le gusten. Sólo por eso, además de participar en el sorteo que tendrá lugar el 24 de noviembre de 2011 en el Ayuntamiento de Burjassot a las 12.30 horas, y con el que podrá ganar premios valorados en cheques regalo de 50 euros para canjear en los comercios asociados, habrá ayudado a llevar adelante una iniciativa solidaria.

Aunque no es la primera vez que Pedro Martínez hace su aportación a iniciativas que redundan en el fomento del comercio local, o de las actividades culturales del municipio, ya que, por poner un ejemplo, todos los años colabora con las 13 comisiones falleras de la ciudad, ésta es la primera vez que participa en un concurso de escaparatismo y lo hace con la ilusión de “mostrar al público que, tras 17 años de andadura, muy pronto 18, las puertas de PEMAR se abren, día a día, con el propósito que los clientes y vecinos encuentren en esta joyería un comercio cercano, próximo y de confianza. PEMAR quiere llegar a la mayoría de edad estando a la altura de sus clientes y de las muchas personas que durante este tiempo han confiado en nuestro proyecto”.

Realizado con cartón pluma, el escaparate no deja escapar detalle alguno. Los personajes, pequeños muñecos y muñecas que, sobre todo, llaman la atención de los niños que, de puntillas, y sonriendo divertidos, se asoman a contemplar el escaparate. “Mis hijos, Sergio y Carlos, han sido grandes ayudantes a la hora de realizar este escaparate, que hemos hecho con tanta ilusión, alegría y cariño”, añade Pedro.

Los relojes, expuestos sobre los típicos pepitos de pan, comparten espacio junto a la aceitera y la vinagrera, la pasta o la copa de vino, elementos habituales de una cocina. Oro, oro blanco y plata se mezclan con espaguetis, garbanzos o panecillos en esta singular vivienda. Joyas que brillan más, si cabe, al amparo de tan buen fin.

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