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La Agència Jove se convierte en oficina de envío y acogida de jóvenes adscritos al Servicio de Voluntariado Europeo

    La Agència Jove (AJ), el servicio de atención a los jóvenes del Instituto Municipal de Cultura y Juventud de Burjassot, participa en el Servicio de Voluntariado Europeo (SVE), un proyecto inmerso en el Programa Europeo Juventud en Acción de la Agencia Nacional Española (ANE), en el que lleva trabajando desde el pasado mes de abril de 2013. Y lo va a hacer enviando a un joven burjassotense a Polonia y acogiendo a una joven italiana.

    Para poder participar en este programa europeo, la AJ ha tenido que convertirse en una oficina con una triple función: acoger a jóvenes europeos adscritos a este proyecto, enviar a jóvenes burjassotenses a otros países y actuar como oficina coordinadora. Aunque para ser partícipes del SVE basta con cumplir una de las tres funciones, en su ambición de crecer y ofrecer un amplio abanico de servicio a sus ciudadanos y, en especial, a sus jóvenes, el IMCJB, a través de AJ, ha querido abarcar todas las acciones.

    Este SVE tiene nombres y rostros. Ellos son David Blanes, que emprenderá rumbo a Polonia el próximo 1 de abril, y Elisabetta Fabbian, que aterrizará el Burjassot el 4 de febrero. David viajará a la ciudad de Rzeszow, al sudeste del país polaco, donde permanecerá durante 12 meses para colaborar con la ONG “Stowarzyszenie EKOSKOP”, dedicada a la protección del medio ambiente. Por su parte, Elisabbeta trabajará hasta el mes de junio en los diferentes servicios que ofrece el IMCJB.

    Ambos jóvenes están muy bien preparados, él es licenciado en Historia y, antes de partir a Rzeszow, tendrá acabado un Máster en Arqueología. Mientras, ella es licenciada en Filología, Literatura y Cultura, tanto inglesa como francesa y, además, ha realizado un Máster para la Comunicación y Cooperación Internacional en la Universidad de Padua. De la misma forma, ambos consideran que el SVE es una buena oportunidad para enriquecerse a nivel profesional y personal, así como para conocer gente nueva, aprender a desenvolverse en el extranjero y compartir diferentes culturas.

    Para estos jóvenes, la experiencia que están a punto de vivir también supone un reto respecto al idioma, pues tanto David como Elisabetta deberán desarrollar sus actividades y quehaceres diarios empleando lenguas que, por el momento, les son desconocidas. Aunque, del mismo modo, reconocen que ello no les va a impedir trabajar duro en las instituciones donde van a permanecer durante un largo tiempo.

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