Blasco apuesta por estrategias en común entre la UE y el Norte de Africa en materia de inmigración

El conseller de Solidaridad y Ciudadanía, Rafael Blasco, ha manifestado hoy en el Congreso Sur-Norte, en Alicante, que la Comunitat ha respondido con eficacia y garantía al creciente fenómeno de la inmigración que actualmente representa con un total de 882.870 extranjeros, es decir, el 17,4% de la población residente en nuestro territorio. “Hemos convertido la inmigración en una oportunidad y lo seguirá siendo en el futuro”, ha declarado.

Blasco, que ha coincidido en la inauguración oficial con el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha querido destacar que la prosperidad económica y el espectacular desarrollo experimentado por la Comunitat “se han traducido en beneficios económicos, sociales y culturales, lo cual hubiera sido imposible sin la aportación de la población inmigrante”. Nuestra región es la primera comunidad peninsular con mayor porcentaje de población extranjera en un país, España, que supera también en términos porcentuales la presencia de extranjeros a estados más poblados como Alemania, Francia, Italia o el Reino Unido.

En el ejercicio de sus competencias, la Comunitat ha diseñado su propio modelo de integración “el cual se ampara en los parámetros de las directrices de la UE y apuesta por un enfoque humanista de los movimientos migratorios”. Rafael Blasco ha instado a que Europa impulse entre sus estados miembros políticas de integración comunes y, sobre todo, aprovechando este foro, considera “imperativo” tender puentes entre las orillas del Mediterráneo.

La población inmigrante en la Comunitat ha crecido durante la última década, un 465,19%. Para ello Blasco ha definido las políticas sociales como de “plena integración” en los ámbitos educativo, sanitario, participación ciudadana o de protección a los grupos vulnerables. Además el Consell cuenta con una conselleria que impulsa políticas específicas de integración desde la que, entre otras medidas, ha impulsado la primera Ley de Integración en España y un Plan de Inmigración dotado con más de 6.000 millones de euros. Blasco sostiene que la integración es, ante todo, una necesidad democrática ya que postula la libre y pacífica convivencia de la ciudadanía respetando las normas comunes.

El conseller, a este respecto, ha puesto de relieve la eficacia de la citada Ley de Integración y, sobre todo, del “Compromiso de Integración”, puesto en práctica a través de las Escuelas de Acogida, donde el inmigrante sigue de manera voluntaria un programa de comprensión de la sociedad que le garantiza el conocimiento de los valores y reglas democráticas de convivencia, los derechos y deberes, las instituciones públicas así como los idiomas oficiales.

Apuesta por una sociedad plural

El conseller de Solidaridad y Ciudadanía ha instado hoy en este foro multilateral que se celebra en Alicante, la provincia de España que con 460.965 extranjeros es la que mayor proporción –un 24%- tiene en España, a que todas las administraciones públicas actuemos coordinadamente para establecer mecanismos coherentes de integración.

En la actualidad, el Consell trabaja junto a países como Grecia, Italia y países africanos como Marruecos y Senegal para abordar la problemática de la inmigración irregular y, sobre todo, informar y prevenir sobre los riesgos de este éxodo irregular hacia Europa.

Este, según el conseller, continuará siendo imparable mientras haya una mínima posibilidad de salir de países que carecen hoy por hoy de medios para que sus habitantes puedan subsistir dignamente. Por ello Blasco entiende que la inmigración legal puede ser una oportunidad para la UE si se trabaja por la integración en la sociedad de acogida teniendo en cuenta que en el año 2050 Europa necesitará alrededor de 56 millones de trabajadores inmigrantes por el envejecimiento de su población.

A este respecto, y en la actual coyuntura económica, el conseller aboga por políticas activas de integración las que juegan a favor de la convivencia, con una equiparación de derechos y deberes, ante tres modelos puestos en marcha en la UE –el multicultural, propio del Reino Unido, el asimilacionista francés y el alemán que concibe al inmigrante “sólo” como un trabajador- que no han alcanzado el objetivo de crear sociedades plurales