Bétera celebra las Fiestas de las Alfàbegues con mucho color, olor y diversión
Bétera ha celebrado un año más su tradición como toca: mucha fiesta, música, el colorido del confeti, hasta unas diez toneladas, que han lanzado sin parar los Mayorales 2.015 que llevan en fardos de tela junto con las camisas de flores y los pañuelos blancos bordados de color, el intenso olor de las Alfàbegues, todo ello, señas de identidad de esta emblemática Ofrenda de las Alfàbegues en honor a la Virgen de la Asunción.
Las majestuosas alfàbegues, las más grandes han alcanzado este año los 2,70 metros de altura -se han quedado muy cerca del récord Guinness de 2,86 metros en el 2012-, junto con los formentets, la perpètua y alfàbegues más pequeñas que se han sacado al hombro por un grupo de niños y niñas, manteniendo la tradición recuperada desde el año pasado y que no se había vivido desde los años 30 y 40.
El pueblo de Bétera se ha despertado, un año más, con la ilusión y la alegría para darlo todo en esta fiesta y disfrutarla en compañía de todos aquellos visitantes de municipios limítrofes o de otros rincones de la comarca, provincia o incluso del extranjero, que tampoco han querido perderse esta fiesta única, celebrada este sábado en la localidad del Camp de Túria.
Desde primera hora de la mañana, la Corporación municipal encabezada por la alcaldesa, Cristina Alemany, y los Mayorales 2015 se han congregado en la puerta del Ayuntamiento. Desde allí se dirigían a recoger a las Obreras solteras a las respectivas casas, María Bravo y Mónica Martínez, las verdaderas protagonistas de esta fiesta. Mientras tanto, a primera hora de la mañana, llegaban multitud de visitantes y vecinos a las puertas del Huerto de las Alfàbegues para recibirlos y comenzar así, el momento más esperado, la salida de las majestuosas Alfàbegues, poco más de las 10.30 horas .
La diversión estaba garantizada en esta espectacular Ofrenda. En el desfile de las míticas alfàbegues, no han faltado durante la rodà las insistentes y numerosas peticiones a las dos Obreras solteras, María Bravo y Mónica Martínez, de la volteta y con la que mostraban los lucidores trajes de valenciana, con todo tipo de detalles y complementos que los favorecían a los maquillajes y peinados, terminando mostrando el peuet.
Siempre a su lado, los respectivos sombrilleros, familiares y la comitiva de los concejales y la alcaldesa que las acompañaban para hacerlas aire con los abanicos hasta el final del recorrido.
Dentro del desfile, grupos de gente con sus camisas de flores llevaban las alfàbegues, bailando y riendo; los toneles para calmar la sed en una mañana calurosa también hacían su papel, y los Mayorales no dejaban de sorprender con puñados de confeti que lanzaban a cualquier vecino y vecina o visitantes que no se han querido perder esta original e increíble fiesta de Bétera. Todo ello, siempre al compás de la música de la banda y del tabal y la dolçaina.
A última hora de la mañana y ya en la puerta de la Iglesia de la Purísima, las esperaban las Obreras Casadas, María Aloy y Mª Jesús Martínez, vestidas de clavariesas con trajes negros, para colocar la mantilla blanca, respectivamente, a sus Obreras Solteras. Este ha sido uno de los momentos más emotivos de la Ofrenda, sin duda, con el que se finalizaba antes de la entrada a misa. Inolvidable momento compartido por las cuatro Obreras que se abrazaban emocionadas.
