Educación implanta el PROAC para reinsertar en la vida educativa a alumnos que muestren conductas contrarias a las normas de convivencia
El programa de aulas de convivencia celebró el año pasado su fase experimental con 24 alumnos y una valoración muy positiva
“El programa celebró el curso pasado su 1º edición de forma experimental y este año pasa a ser un programa consolidado ya que cumplió con creces las expectativas que se plantearon en su primera fase experimental”, explicó el concejal de Educación que añadió que “el PROAC es fundamental para la reinserción de alumnos que en algún momento de su vida educativa tienen ciertos problemas y que gracias a este programa pueden a continuar con una vida académica satisfactoria”.
Además, el programa de apoyo ha sido consensuado de forma unánime por toda la corporación municipal y cumple una petición expresa de los responsables de secundaria que “advirtieron de la necesidad de las aulas de convivencia”.
Los centros docentes podrán crear aulas de convivencia para el tratamiento puntual e individualizado de alumnos que hayan mostrado reincidentemente conductas contrarias a las normas de convivencia como absentismo escolar, llegar tarde a clase, conductas agresivas o pasivas, falta de interés, deficiencias en autoestima, autocontrol y problemas de integración.
El trabajo de las aulas estará totalmente coordinado con la concejalía de Bienestar Social y sus trabajadoras sociales y consiste en la recopilación de datos de cada menor, detección e identificación de las necesidades que presenta cada alumnos, realización de tutorías para realizar actividades de crecimiento y desarrollo personal, así como técnicas de estudio.
El responsable del programa ,Pedro Escudero, explicó por su parte que en muchas ocasiones estas conductas se deben a otros problemas ocultos “por lo que se trabaja conjuntamente con Bienestar Social”.
Según explicaba Escudero, el año pasado se atendió a un total de 24 alumnos con medios propios, que supone un coste cero para el Ayuntamiento y que consiguió que los jóvenes que trabajaron en el PROAC hayan reconducido en la mayoría de los casos su vida educativa.
