González de Zárate denuncia el descontrol que el gobierno de Navarro ha instalado en la escena urbana
El edil lamentó primero que el gobierno de Navarro haya incumplido su propia promesa de que iban a instalar 1.000 bancos en la ciudad “cuando la realidad,-dijo-, es que apenas se han instalado 150, y encima dijeron que los iban a distribuir por colores en cada una de las cuatro zonas en que han dividido la ciudad, algo que no han hecho, mezclando bancos de madera que ya existían, con bancos de plástico y rompiendo completamente la estática de la ciudad”.
El edil también se refirió a la caótica imagen que se ofrece con la señalización instalada en las entradas de la ciudad. Se han instalado nuevas señales conservando las antigüas “y nos encontramos con mensajes contrarios y diferentes, con hasta 4 o 5 señales diferentes. Esto ,-agregó-, sólo demuestra el descontrol y la desidia que hay en la escena urbana”. Se refirió también a los bancos nuevos metálicos instalados en algunos parques “que lo único que han conseguido es crear problemas de botellón y problemas de limpieza, con el agravante de que cuando los calienta el sol, son casi imposible utilizar debido a la temperatura que alcanzan”.
Las nuevas papeleras instaladas tampoco respetan una estética homogénea, sus anclajes se rompen fácilmente y son difíciles de limpiar. “”El conjunto ofrece una imagen deplorable, lo mismo que las farolas de la ciudad. Se nos anunció que se iban a pintar del mismo color del mobiliario, y el resultado es de una dejadez absoluta porque se han pintado de diferentes colores verdes y algunas se han quedado a la mitad”.
En referencia a estos incumplimientos, recordó también el plan anunciado por Jaime Llinares para mejorar las rotondas de Benidorm “una actuación que nunca ha tenido lugar y que demuestra la red de mentiras en la que está atrapado el gobierno de Navarro”. González de Zárate declaró que “tanto Hernández como Llinares sólo han vendido humo y han roto la estética de la ciudad ofreciendo ahora una pésima imagen de descontrol, sin darse cuenta de que están jugando con la imagen de un destino turístico serio y que apuesta por la calidad. Lo único que les parece preocupar es hacer favores a sus amiguetes comprando el material a sus empresas”.
