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El FIB prepara su gran jornada final y logra mantener el nivel general de público

    La decimocuarta edición del Festival Internacional de Benicàssim llega hoy a su fin con algunos de los conciertos más esperados, como los de Leonard Cohen y Morrissey, y tras haber mantenido durante sus cuatro días de música en vivo un nivel de público muy parecido al de años anteriores.

    Será esta tarde cuando los hermanos José Luis y Miguel Morán, responsables del FIB Heineken desde 1995, ofrezcan en rueda de prensa los datos definitivos de asistencia a un festival que arrancaba el pasado jueves con la incertidumbre de ver cómo le podía afectar la crisis económica y la competencia directa, durante este fin de semana, del Summercase, dividido entre Madrid y Barcelona.

    Además, se informará del resultado del primer Saturday Night Fiber, celebrado anoche en el auditorio madrileño Juan Carlos I y que reunió a algunos de sus cabezas de cartel con el objetivo de diversificar la oferta nacional de su imagen de marca, ya consolidada internacionalmente.

    A nivel local, tanto la jornada de bienvenida (FIBstart), con unas 30.000 personas, como las dos siguientes, con más de 35.000 según la organización, han ofrecido un año más imágenes de abarrote en muchas zonas del recinto de conciertos, con una creciente y a ratos abrumadora presencia de jóvenes británicos que habrían paliado las consecuencias de una menor llegada de "fibers" nacionales.

    Para la jornada de hoy se ha diseñado el cartel más fuerte de una edición que no pasará precisamente a la historia del FIB Heineken como la más ambiciosa de un festival avalado por una trayectoria intachable y en el que, en sus 14 años de historia, ha contado con algunos de los grupos y artistas más importantes del panorama independiente y alternativo del pop-rock, la electrónica y la música de baile.

    Así, Leonard Cohen, Enrique Morente con Lagartija Nick, Morrissey y Siouxsie actuarán sucesivamente en el Escenario Verde, el principal, entre las ocho de la tarde y las tres de la madrugada, lo que impedirá a más de uno disfrutar de otros de los conciertos más atractivos de este año distribuidos por el resto de carpas, como los de Death Cab for Cutie, Richard Hawley, Justice o Yelle.

    La edad media del público subirá hoy por los dos "pesos pesados" de esta edición, un canadiense y un inglés que han marcado la música popular del siglo XX, el primero con 73 años y un pasado tan glorioso y respetado que a priori parecería no encajar en la filosofía de un festival de verano, y el segundo con la seguridad de una veteranía en el pop-rock anglosajón cuya influencia no parece tener fin, tanto de su etapa con The Smiths como en solitario.

    Leonard Cohen dará esta tarde su primer concierto en España en 20 años -entonces con la gira de "The future", su última obra maestra antes de su retiro zen y su tibio regreso discográfico- y tras él se marchará inmediatamente para seguir con su gira mundial, la primera que afronta tras 15 años sin tocar en directo algunas de las canciones más hermosas de su repertorio, como "Suzanne", "So long, Marianne", "Take this waltz" o "Dance me to the end of love".

    Por su parte, Morrissey llega por segunda vez al FIB Heineken tras su actuación de 2006 y con un disco de grandes éxitos que defender ante un festival, de influencia anglosajona, cuyos organizadores han reconocido siempre su admiración por la obra del artista de Manchester, que en otoño sacará nuevo disco.

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