Sara Jort aborda las relaciones intergeneraciones en la última charla del semestre
"Desde que ha nacido mi bebé, ¿qué me pasa con mi madre y mi suegra?"
La charla contó con gran afluencia y estuvo marcada por la interactividad de las participantes
Con este título tan sugerente abordaba la psicóloga perinatal Sara Jort la última de las conferencias organizadas por la asociación Maternidad y Crianza de Benicarló esta primavera
Jort recordó la tesis fundamental de la Teoría del Apego donde que el estado de seguridad un niño o adulto es determinado por la accesibilidad y capacidad de respuesta de su principal figura de afecto. La figura de apego debe responder de manera apropiada dando protección y consuelo. En su intervención explicó como la madre suele repetir los patrones de apego. En este sentido, investigaciones explican este fenómeno a partir de los modelos que son trasmitidos a los hijos, que fueron construidos durante la infancia y reelaborados posteriormente. Jort incidió en que este último aspecto es muy importante, ya que como señala Bretherton lo importante no es el tipo de relación que la persona adulta sostuvo durante su infancia con sus figuras de apego, sino la posterior elaboración e interpretación de estas experiencias.
Otra de las teorías reside en los legados y la fidelidad del clan. En este sentido, las familias construyen mitos sobre sí mismas que son necesarios para ayudarles a estructurar las vidas conjuntas de las personas. Al bebe que llega se le atribuye un cierto papel que le hace formar parte del mito o guión del clan.
Por otro lado, se refirió a Gabriel Masfurroll, autor de Aprender a ser abuelo donde se advierte de la importancia de no llevar la contraria a los padres delante de los niños, y tampoco decirles a los hijos ni a los nietos que sí a todo.
Según Masfurroll, los abuelos no deben renunciar a las propias ocupaciones y aficiones y recordó que el abuelo disfruta de su nieto, pero no lo educa.
En su disertación, Jort también abordó el síndrome del “nido vacío”, una sensación general de soledad que los padres u otros tutores pueden sentir cuando uno o más de sus hijos abandonan el hogar. Aunque es más común en las mujeres, puede ocurrir en ambos sexos y es que el momento de la emancipación del último hijo que vivía en el domicilio familiar es uno de los momentos de mayor vulnerabilidad, de mayor fragilidad desde el punto de vista psicológico, y puede provocar desajustes emocionales.
Durante la cita se recordó que el 80% de nuestros mayores de 65 años cuidan de nietos y nietas. Se ha reforzado la solidaridad familiar, y en mayor medida que hace unos años, yayos y mayoritariamente las yayas, colaboran con las tareas domésticas y en el cuidado de los pequeños de la familia. Este reparto de tareas ha hecho recaer en los abuelos las funciones de cuidado de los niños, de explicar historias, no en balde los abuelos son una fuente viva de información sobre acontecimientos pasados trascendentales que los niños no vivieron, así como de maneras de vida totalmente diferentes. Estas narraciones amplían la mente de los mas pequeños, enseñándolos que las cosas no siempre han sido cómo ellos las ven y que la vida a veces es difícil. Al mismo tiempo, juegan con los niños, les transmiten valores morales, pacifican tensiones entre padres e hijos, acarician y malcrían a los nietos, mimándolos y dándoles aquello que sus padres les prohíben, y ayudan a las familias en situaciones críticas.
La Asociación de Maternidad y de Crianza está trabajando también en la organización de otras charlas previstas para después del verano, además de las tradicionales jornadas de lactancia que vienen celebrándose habitualmente en octubre.
