Las obras de restauración de la capilla del Convento sacan a la luz 30 lápidas de ciudadanos de Benicarló que datan del 1749 al 1805

La capilla del Convento de San Francisco escondía todavía un secreto que se ha descubierto gracias a los trabajos de restauración que se están llevando a cabo. Se trata de 30 lápidas, alineadas a ambos lados de la nave central, que pertenecen a ciudadanos de Benicarló y que se han encontrado por casualidad al perforar el suelo para instalar los cables de las conexiones eléctricas. A pesar de que todavía es pronto para sacar conclusiones, la principal hipótesis que manejan los técnicos es que se trataría de lápidas que se habrían recolocado para pavimentar el suelo de la capilla y que, por lo tanto, estarían deshabitadas. Aun así, no se descartan otras posibilidades y en las próximas semanas se investigará si contienen restos o no.

Los arquitectos de la restauración, Francisco Taberner Pastor e Ignacio Taberner Gómez-Ferrer, así como el arqueólogo José Ferrandis Montesinos han coincidido en señalar que este descubrimiento ha sido una sorpresa y el que se trata de una concentración poco habitual de lápidas, tanto por la cantidad como por la calidad de la conservación. De hecho, el arquitecto Arturo Zaragozá ha confirmado que en toda la provincia de Castelló no conoce una agrupación como la que se ha descubierto.

Las 30 lápidas (los técnicos creen que quizás todavía pueden aparecer dos o tres más), datan de entre el año 1749 la más antigua al 1805 la más reciente, con apellidos tan endémicos de Benicarló como Masip (o también Macip), Cerdá, Llorach, Anglés, Pruñonosa o incluso el conocido White, de la saga de comerciantes del Vino de Carlon.

Este descubrimiento modificará sensiblemente el proyecto de restauración de la capilla. A pesar de que los responsables del proyecto todavía no han tomado una decisión definitiva, se inclinan por la posibilidad de dejar las lápidas en el lugar donde se han encontrado y colocar un cristal de seguridad por encima para nivelar el suelo y al mismo tiempo permitir a los visitantes la visión de las lápidas. Quedan descartadas otras opciones como el traslado de las lápidas, dado que la capilla pertenece al conjunto del Convento de San Francisco, un monumento protegido por la declaración de BIC que impide la salida de cualquier bien inmueble.

El alcalde de Benicarló, Marcelino Domingo, ha asegurado que el Ayuntamiento hará todos los esfuerzos posibles para conseguir que la restauración de la capilla llegue al final y ha confirmado que, una vez finalice esta primera fase, el Ayuntamiento asumirá la segunda fase (referente sobretodo a aspectos técnicos de instalaciones) para que el año 2014 la capilla se pueda abrir al público con todo su esplendor.

Hay que recordar que esta primera fase de restauración de la capilla, financiada por las empresas IFF y Ahsland Chemical y también por el Ayuntamiento de Benicarló, está consistiendo básicamente en sanear y repicar los pilares y las paredes y recuperar las partes más afectadas por la humedad y por los incendios que a lo largo de la historia han afectado al edificio. Los acabados serán sencillos, con paredes de un color gris neutro y con la bóveda lucida en blanco, con el objetivo de dar el máximo protagonismo al edificio. Las obras, que tenían un plazo de ejecución de 8 meses, se retrasarán debido a las modificaciones que habrá que hacer a raíz del descubrimiento de las lápidas.