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La Concejalía de Cultura presenta el segundo volumen de "La memoria rescatada" con 83 fotos desde 1870 hasta 1976

  • Entre los retratos familiares, de edificios, centros de trabajo y actos religiosos, destaca imágenes como la del mítico 'Perro Tarzán', que acompañaba a novios en sus primeros paseos y los cortejos fúnebres desde la Basílica hasta el cementerio

El Museo Histórico de Aspe presenta el próximo domingo la exposición de fotografía 'La memoria rescatada. Fotografía y sociedad (1870-1976) Volumen 2', que recoge en 83 imágenes momentos de la vida social y espacios y edificios públicos desde finales del siglo XIX hasta los años 70 del XX. Se trata de una iniciativa que continúa la primera edición de 2012, y que recoge fotografías de diferentes aspectos de nuestro pueblo". La muestra ha sido posible también gracias al trabajo desinteresado de mucha gente que ha aportado fotografías personales y familiares de la historia cotidiana de Aspe.

La inauguración tendrá lugar el próximo 27 de julio a las 12.00 horas en las instalaciones del Museo Histórico de Aspe, con la presencia de la directora del Museo y coordinadora del trabajo, María Berna, y el editor de la obra.

En la colección de fotografías que forman parte de esta exposición encontramos notas de indudable valor para el estudio de la etnohistoria local. Aquí la fotografía se torna documento y nos ilustra maneras de vestir, formas de mirar y de posar, delata qué es importante y qué es accesorio, y delimita qué es digno de fotografiarse y qué no.

También cuenta historias cotidianas de nuestro municipio, como la imagen del Perro Tarzán, un animal callejero que se hizo famoso en los años 60 porque acompañaba a las parejas de novios en su primer paseo desde la Basílica Nuestra Señora del Socorro. La instantánea en la que aparece Tarzán es un relato fiel de esta colección de imágenes. Lo cotidiano, recogido en esta obra, se convierte en categoría de histórico. Aquí está la imagen de ese perro que acompañaba a todos los cortejos fúnebres desde la Basílica hasta el cementerio, año tras años.

EDIFICIOS, RETRATOS Y COSTUMBRES

La exposición comienza con el capítulo dedicado a los edificios representativos de nuestro pueblo, un conjunto de inmuebles emblemáticos por sus valores arquitectónicos y también por ser escenarios sociales de educación (Escuelas Nuevas), de religiosidad (la basílica), de poder político (el edificio del Ayuntamiento) o de relaciones comerciales (el Mercado de Abastos).

La vida cotidiana conforma el segundo de los ámbitos de la exposición. La forma de vida en el espacio doméstico, en la calle, en el trabajo, en las tabernas y bares nos habla de lugares de sociabilidad donde transcurría buena parte del tiempo de las personas.
Los aspenses han sido tradicionalmente emigrantes, y de esta materia tenemos una buena cantidad de fotos localizadas en Argentina, Cuba, Argelia, Marruecos, Francia o Alemania, con retratos de los aspenses emigrados que enviaban a sus familiares residentes en el pueblo.

El papel que el fotógrafo ha jugado en las exposiciones de esta temática ha sido poco menos que irrelevante, relegado a ocupar un lugar secundario. El siguiente capítulo trata de enmendar esta situación, con un repertorio protagonizado por nombres que van desde los conocidos Galinsoga, Segura, Gisbert, Marco, Gómez, Pastor o Rafael, pasando por los de las localidades vecinas, como Belda, de Novelda, o los fotógrafos de Alicante o Madrid.

Posando ante la cámara constituye el foco de atención del quinto capítulo. Aquí se muestra la evolución de las maneras de posar del retratado desde el envaramiento y la teatralización de las posturas característico del siglo XIX hasta la mayor naturalidad con que a principios del siglo XX se enfrentan a la cámara nuestros antepasados.

En los ritos del ciclo vital nos acercamos al fenómeno de los ritos de paso, como la primera comunión, el matrimonio y la muerte, con una serie de ceremonias bien definidas que marcan el tránsito hacia un estatus social diferente.

En la exposición también encontramos un hueco para la celebración, para la fiesta religiosa. El ciclo festivo religioso de nuestro pueblo viene determinado por festividades como la Semana Santa, las fiestas de calle con advocación, la romería de san Pascual a Orito, las fiestas bianuales dedicadas a la patrona, la Virgen de las Nieves, o la Navidad.

La música, artes escénicas y el cine han configurado otras tantas actividades en las que el aspense ha participado como presencia activa o bien como espectador. Bandas de música, rondallas, orquestas, coros o representaciones líricas conforman el variado repertorio de actividades culturales en las que se muestra la música en Aspe. Las salas de exhibición cinematográficas que ha habido en nuestro pueblo, como el Cinema, el Avenida, el Wagner, el Central o la Sala Pax, revelan la importancia que este tipo de espectáculo tuvo en la cultura popular local.

 

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