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Silencio y recogimiento en el Jueves Santo aspense

Silencio y recogimiento en el Jueves Santo aspense
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    Silencio y recogimiento en el Jueves Santo aspense - (foto 2)

    Las calles a oscuras y el sonido de la matraca minutos antes de las 23.00 horas del Jueves Santo anunciaban a una abarrotada Plaza Mayor, como en pocas ocasiones se puede ver al año, la inminente salida del Santísimo Cristo de la Buena Muerte que salía puntual a través de la puerta principal de la Basílica Nuestra Señora del Socorro para iniciar la Procesión del Silencio. La imagen del crucificado recorrió durante dos horas las calles más céntricas de Aspe acompañado de cientos de fieles que bien alumbraban con sus velas, o bien rezaban las estaciones del Vía Crucis a lo largo del recorrido tras el paso, al que acompañaba la Archicofradía a la que da nombre e iba escoltado por miembros de la Hermandad Guardia Pretoriana en una procesión presidida por la Junta Mayor y los presidentes de las diferentes Cofradías y Hermandades.

    Pero las luces no volvieron a encenderse al finalizar la procesión; pues en Aspe se cumplen este año diez de que, como en numerosas ciudades de Andalucía, también tienen procesión en la conocida "Madrugada". Se trata de la singular procesión de Difuntos y Ánimas, en la que la Hermandad del Pueblo Hebreo ataviada con trajes similares a los de la época de Cristo y alumbrando con antorchas, acompañaban al Santísimo Cristo de la Salvación desde la parroquia de El Buen Pastor por las calles de Aspe, en una procesión que, a diferencia de la anterior, el silencio de la noche era roto por el sonido de las cornetas y tambores de la banda de la hermandad organizadora, al estilo de la policia armada, que el año pasado fue bautizada con el mismo nombre que el Cristo al que acompañaban.

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