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El Hospital de La Ribera detecta el riesgo de alteraciones cromosómicas en el feto en el primer trimestre de gestación

  • El centro hospitalario ha dotado al Área de Diagnóstico Biológico de la última tecnología en este ámbito

  • El cribado bioquímico del primer trimestre aumenta la tasa de detección de alteraciones congénitas, tiene menos falsos positivos y reduce del número de amniocentesis

El Hospital Universitario de La Ribera ha implantado recientemente el cribado bioquímico del primer trimestre a todas las embarazadas atendidas por el centro hospitalario, con el fin de detectar precozmente el riesgo de sufrir alteraciones cromosómicas en el feto.

Para ello, el centro hospitalario ha dotado a su Área de Diagnóstico Biológico de la última tecnología para llevar a cabo este tipo de prueba, un avanzado autoanalizador que se encarga de estudiar las muestras sanguíneas obtenidas de las gestantes.

Según la médica especialista del laboratorio de Bioquímica del Hospital Universitario de La Ribera, Carmen Valldecabres, “el cribado bioquímico no es una prueba diagnóstica en sí, sino una prueba que permite estimar, en combinación con los datos obtenidos del informe ecográfico, el riesgo que una embarazada tiene de gestar un feto con alteraciones cromosómicas como Síndrome de Down o Síndrome de Edwards”.

Para ello, en la semana de gestación 11-12, se extrae a la embarazada una muestra de sangre que se introduce en el autoanalizador para medir determinadas sustancias presentes en la gestación que modifican sus niveles en presencia de ciertas alteraciones y patologías obstétricas. En el caso de que estos niveles se muestren alterados, a la gestante se le ofrece la posibilidad de realizarse una amniocentesis (extracción de una pequeña muestra del líquido amniótico que rodea al feto) con el fin de diagnosticar o descartar la presencia de defectos congénitos y trastornos genéticos.

Hasta el momento, el Hospital Universitario de La Ribera solo realizaba un cribado en el segundo trimestre de la gestación, que daba una tasa de falsos positivos mayor y que, por tanto, elevaba el número de amniocentesis realizadas.

“Frente a ello, el cribado bioquímico de primer trimestre que hemos comenzado a realizar sistemáticamente a todas las gestantes, aumenta la tasa de detección de alteraciones congénitas, tiene menos falsos negativos y diminuye el número de pruebas invasivas o amniocentesis realizadas”, ha afirmado Valldecabres.

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