La exposición “La puerta de la esperanza” presenta en Alzira la obra del artista plástico iraquí Saad Alí
Un conjunto de dibujos sobre papel y óleos aplicados sobre lienzos, tablas y puertas viejas componen el contenido de esta singular exposición que, con el título “La puerta de la esperanza” recoge una pequeña muestra de la obra en la que durante más de 30 años lleva trabajando Saad. Una obra con la que ha recorrido gran parte de Europa desde que salió de Bagdad a mediados de los años 70.
Allí comenzó su trayectoria expositiva en 1.976 y desde entonces ciudades de España, Portugal, Italia, Inglaterra, Bélgica, Francia, Dinamarca, Rusia, Irak, Emiratos Árabes, Líbano y, especialmente, Holanda, país en el que residió y trabajó durante 10 años, han sido escenario de su obra, la cual está también representada en cerca de 50 colecciones públicas y privadas y recogida en más de 40 catálogos.
Recientemente sus dibujos fueron escogidos para ilustrar el libro "Regalo de memoria" del empresario palestino, Ghaleb Jaber Ibrahim, promotor del Festival de Cine Euro árabe AMAL y la escritora Noe Martínez, prologado por Maruja Torres que se presentó el pasado 11 de noviembre en Santiago de Compostela.
Desde que se instala en Chiva, en el año 2.005, ha realizado alrededor de 15 exposiciones en España. Las últimas forman parte de una muestra itinerante con la que ha recorrido ya ocho ciudades de la Comunidad Valenciana.
“La puerta de la esperanza” llega a Alzira acercándonos un mundo de imágenes oníricas, desbordadas de color, exuberantes y al tiempo tremendamente delicadas e intimistas. Unas imágenes que, aunque claramente influenciadas por los aspectos formales, la iconografía y el simbolismo propios de la tradición plástica de su cultura natal, han ido impregnándose también de su relación con la cultura y el entorno natural y social de las ciudades donde ha ido transcurriendo su vida y evolucionando su obra. Una obra que, sin duda, puede lograr emocionar a cualquier espectador porque transmite sentimientos, vivencias y anhelos íntimos y subjetivos al tiempo que universales por ser inherentes a la naturaleza humana. Los sueños, la sensualidad, el amor, la esperanza, el mundo natural, la espiritualidad, los placeres de la vida irradian de sus trabajos ensalzando lo mejor del ser humano y aportando un mensaje reconocible y reconciliador, un mensaje de esperanza en un entorno difícil.
