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Gracia Giménez Celda, la única centenaria de Almussafes

Gracia Giménez Celda, la única centenaria de Almussafes
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    Gracia Giménez Celda, la única centenaria de Almussafes - (foto 2)
    Gracia Giménez Celda, la única centenaria de Almussafes - (foto 3)

    Almussafes tiene entre sus conciudadanos a una mujer centenaria. El pasado 10 de julio, Gracia Giménez Celda celebró su longevidad compartiendo con toda su familia la fiesta de su cien aniversario de vida. "Activa, extrovertida y muy buena cocinera", tal y como explica su único hijo, Juan Miguel Asunción, Gracia ejerció la profesión de peluquera en el pueblo que la vio nacer hace diez décadas en la calle Plantades, como la segunda de un total de nueve hermanos, siete mujeres y dos hombres. Dos comprimidos de gelocatil diarios, la única receta médica que requiere esta vecina de Almussafes, dotada de una fuerte genética que la mantiene con una salud de hierro, aunque con los típicos lapsus mentales generados por la edad.

    Hija de Pascual, labrador, y de Matilde, ama de casa, la energía fue desde sus primeros años de vida su seña de identidad. "Su abuelo paterno Pascual la apodaba cariñosamente La cabra montesa por ese motivo", cuenta su hijo, nacido de su matrimonio en el año 1942 con Batiste Asunción, barbero de Benifaió, en la iglesia parroquial de San Bartolomé de Almussafes. Pese a las dificultades de la época, el matrimonio pudo celebrar su viaje de novios, aunque éste tan sólo durara una única noche alojados en un pequeño hotel de la calle San Vicente de la capital del Turia.

    Es a la vuelta y residiendo ya en una vivienda del número 26 de la calle Mayor de Almussafes, cuando Gracia decide lanzarse al mundo laboral, montando una peluquería en su propia casa, "aunque previamente se forma en una academia de Valencia", recuerda Juan Miguel, su primer y único hijo nacido en el año 1947, quien la define como "una mujer moderna y avanzada a su tiempo". De hecho, en el negocio que regentó hasta el año 1955 no dudó en adquirir uno de los primeros aparatos para hacer permanentes.

    La genética es una de las causas de su longevidad, una característica heredada de su madre, fallecida con 96 años, "aunque no se trata de la única, ya que su cuidada alimentación basada en la dieta mediterránea ha sido siempre uno de sus credos". "Físicamente está perfecta y prueba de ello la última analítica de sangre que le hicimos", comenta su hijo, quien recuerda que hasta hace poco más de un año, se reunía todos los días con sus amigas y conocidas en el parque Central, aunque la rotura de la cadera y posterior intervención quirúrgica a la que se sometió a los 98 años, "ha limitado considerablemente su psicomotricidad y ese hecho le impide salir de casa, en la actualidad".

    Gracia ha disfrutado de una existencia plena y feliz, compartida con su marido Batiste durante 57 años y hasta el momento de su fallecimiento en el año 1999, a quien despidió sin soltarle la mano hasta su último aliento. "Fueron un matrimonio ejemplar, que supieron educarme desde el respeto y la convivencia. De hecho, no recuerdo ninguna discusión entre ellos".

    El pasado 18 de julio, Gracia reunió en su casa a toda su familia, su hijo, su nuera, su nieta Sonia, desplazada desde Suiza, y su nieto Juan Bautista, desde Inglaterra. Sus dos bisnietos, Isaac y Sara, también la acompañaron en una entrañable jornada, "en la que incluso degustó una porción de su pastel de aniversario".

    El Ayuntamiento de Almussafes, a través de la concejalía de la Tercera Edad, también quiso homenajearla, haciéndole entrega de una placa conmemorativa en homenaje a su larga vida.

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