Más de 300 espectadores despiden a Vol-Ras en Almussafes
La despedida escénica de la compañía referente en el teatro gestual y de humor Vol-Ras, ofrecida el pasado viernes en la localidad de Almussafes con la representación de su última producción “Da Capo”, congregó a un numeroso público. En concreto, el Centro Cultural reunió a 318 espectadores en un patio de butacas con capacidad para 474 para presenciar en directo a Joan Segalás y Joan Fanega, dos grandes de la escena que abandonan un proyecto al que han dedicado más de tres décadas de sus vidas. El escenario de Almussafes ha acogido buena parte de los 17 montajes que recrean la trayectoria artística de esta compañía catalana, por lo que la concejala de Cultura, Teresa Iborra, puso el broche de oro al espectáculo haciéndoles entrega públicamente de uno de los principales símbolos de la población, la escultura de su torre árabe Razef.
A las 22.30 horas del pasado viernes 29 de enero, Vol-Ras cerró el telón en Almussafes, con la escenificación de su última obra “Da Capo”, inspirada en Fellini y en John Cage y en la vida del teatro y de los músicos.
Tras 35 años de trayectoria, más de 4.000 funciones y más de dos millones de espectadores, Joan Segalés y Joan Fanega, directores de la compañía y actores protagonistas, se despidieron de su aventura en el mundo del espectáculo frente al público almussafense demostrando, una vez más, los registros y recursos interpretativos, humorísticos y técnicos que han asegurado su presencia como grandes de la escena.
Humor ingenioso e imprevisible y sutileza interpretativa la que demostraron de nuevo sobre las tablas los dos actores en el último montaje de Vol-Ras. “La cita teatral era histórica y congregó a 318 espectadores que no quisieron perderse la despedida pública de la compañía”, comenta la edil, Teresa Iborra, quien quiso sumarse al cierre oficial de sus 35 años en el escenario, brindándoles un pequeño homenaje. Concluida la escenificación de “Da Capo”, la concejala les hizo entrega del emblema de la población, una miniatura del monumento histórico más antiguo: la torre árabe Razef, entre aplausos y ovaciones del público presente en la sala.
