Tambors de Passió planta cara a la lluvia

La lluvia que durante la jornada de ayer, festividad del Jueves Santo, acompañó a Almassora dio una tregua a la medianoche y permitió que Tambors de Passió celebrara su esperada tamborrada en la plaza Mayor de la Vila. Sobre las 23.00 horas ya eran más de medio centenar los vecinos y participantes que se habían dado cita en los soportales del antiguo ayuntamiento. Un grupo que fue creciendo en público y tamborileros, plantando cara a la llovizna que no cesó hasta pasada la medianoche.

Ca la Vila fue el primer punto de encuentro de esta espectacular convocatoria. A las 23.30 horas, la encargada de dar el toque inicial de este intenso evento sonoro, Manolita Cabedo, firmaba el libro de honores de la Hermandad del Santísimo Cristo del Calvario. Acompañada por el alcalde de Almassora, Vicente Casanova, el diputado provincial de Cultura, Miguel Ángel Mulet, y el director de la Sección de Tambores y Bombos del Cristo, Damián Aguilella, la que fuera primera reina de Almassora, en el año 1962, dedicó unas palabras de afecto a su la Hermandad.

Un reconocimiento al que siguieron las firmas del primer edil y del diputado provincial de Cultura, que también quisieron estampar en el libro de honores el reconocimiento, esfuerzo y sacrificio “que hacen posible Tambors de Passió”, tal y como ha indicado el alcalde.

Unas palabras a las que siguió la entrega a Manolita Cabedo de una obra del artista Vicente Agustí, miembro de la Hermandad del Santísimo Cristo del Calvario. “Es una muestra con la que pretendemos agradecer su participación en este evento”, tal y como ha señalado Aguilella. Una pieza que fue rubricada por el autor, artista también de la escultura de los penitentes que se sitúa frente a la iglesia del Cristo y que conmemora el 50 aniversario de la veterana Hermandad de Almassora.

Recorrido por la Vila
Manolita Cabedo, junto al alcalde, Vicente Casanova, el Hermano Mayor de la Hermandad del Santísimo Cristo, Víctor Vila, y el director de la Sección de Tambores y Bombos, Damián Aguilella, fue la encargada de dar el toque inicial a un bombo de dimensiones destacadas. Con 2,18 metros de altura y una anchura de 1,20 metros, la pieza se situó junto a los soportales del antiguo consistorio, rodeada por las autoridades que fueron las encargadas de dar comienzo a una tamborrada que fue seguida por decenas de tambores y bombos.

Un evento sonoro arropado por muchos vecinos que, cobijados en sus paraguas no quisieron perderse el evento. Una cita a la que finalmente respetó la lluvia, puesto que tras un primer acuerdo de modificar el recorrido y reducirlo a la plaza, los miembros de la Sección se abrieron paso por el circuito previsto recorriendo el casco antiguo de la Vila. “Finalmente, hemos podido disfrutar de una tamborrada única con la que hemos vibrado, sentido y, un año más, nos hemos apasionado”, señalaba esta medianoche el primer edil de Almassora, Vicente Casanova.