Solidaridad de los comerciantes del Mercado Central

La asociación de detallistas de pescado del Mercado Central, compuesta por 50 comerciantes asociados, ha donado 200 kilogramos de alimentos no perecederos que, por mediación de las Concejalías de Comercio y de Acción Social, serán repartidos dentro del Proyecto Paloma entre familias en riesgo de exclusión social. La donación ha tenido lugar en el Centro de Recursos de Consumo del Mercado Central con la asistencia de la concejal de Comercio y Mercados, Belén González, el presidente de la Asociación de Detallistas del Mercado Central, Evaristo José López-Polano, la coordinadora del Proyecto Paloma, Maite Treviño, técnicos del área de Acción Social y otros miembros de la directiva de la Asociación de Comerciantes. La edil de Comercio ha dado la enhorabuena a los comerciantes "por una iniciativa que demuestra su humanidad y su capacidad para, en estos tiempos de crisis, pensar en aquellos que peor lo están pasando".

Evaristo José López-Polano, presidente de la Asociación de detallistas de Pescado, explica que la idea ha surgido este año por primera vez en el seno de la nueva directiva de la asociación para poder sumarse a la ya tradicional aportación de los comerciantes de los Mercados Municipales para el trono de la Santa Cena, que después es repartida en el Cottolengo. Al resultarles imposible sumarse con los alimentos que habitualmente despachan, de naturaleza perecedera, han decidido iniciar esta acción benéfica que ha obtenido el respaldo de todos los asociados y tendrá continuidad en próximos años.

El Proyecto Paloma nació en el año 89 para dar respuesta a la necesidad de promoción e inserción laboral de mujeres en riesgo de exclusión social de la ciudad de Alicante. Para este fin, realizan diversos talleres de duración trimestral: cocina y servicio doméstico, costura, informática, iniciación al español, alfabetización, orientación para el mundo laboral, cuidado de niños y mayores... Este proyecto social, en el que colaboran desinteresadamente 40 profesionales con diverso perfil, entre trabajadores sociales, psicólogos, profesores, abogados, cuidadores..., dio continuidad a la acción de voluntarias de la Asociación de Caridad de San Vicente de Paul que desde la Parroquia San José de Carolinas ofrecían alimentos y comida a personas necesitadas, en aquel momento inicial únicamente para personas de este barrio alicantino. Actualmente esta entidad benéfica también ofrece diversos servicios como bolsa de trabajo, servicio jurídico, orientación psicológica o el servicio de cuidado de niños, que posibilita que las usuarias que son madre puedan dedicar su tiempo a formarse.

Desde la Concejalía de Acción Social se colabora estrechamente con el proyecto Paloma, cuyas usuarias vienen derivadas de centros sociales o de centros de emergencia. En 2011, fueron 713 las mujeres que se informaron de las posibilidades que les ofrecía el proyecto Paloma, muchas de las cuales optaron por cursar alguno de los talleres formativos ofrecidos o hacer uso de sus servicios. Son aproximadamente 120 las mujeres que se forman cada trimestre en el proyecto Paloma, y reciben alimentos también por asistir a las clases. “Primamos siempre en los talleres a las chicas que no pueden acceder a otros recursos formativo-asistenciales”, ha explicado Maite Treviño.