El GMS resta credibilidad a las promesas de Castedo y el PP municipal sobre la implantación de Ikea en Alicante
Según Pablo Rosser, Concejal responsable del Área de Urbanismo en el GMS, después de los numerosísimos incumplimientos a la hora de establecer plazos por parte de Sonia Castedo y el PP municipal (léase Centro de Congresos, nuevos colegios, aprobación PGOU, etc.), el anuncio de una nueva fecha para la apertura de Ikea en Alicante “no es otra cosa que un nuevo brindis al sol para tapar el desgobierno y mala gestión del PP en el Ayuntamiento de Alicante, con una alcaldesa desaparecida y un grupo de concejales sin gobierno y coordinación”
Según Rosser “con lo que hemos podido ir conociendo a través del sumario” no resulta creíble que Ikea mostrara su interés “desde el principio” como afirma Castedo, por los terrenos del Plan Rabassa “había que compensar a Ortiz por el fiasco de la operación Rico Pérez, frustrada por las protestas del pequeño comercio alicantino y, fruto de la casualidad -afirma sarcásticamente el edil socialista- la mercantil termina comprando, precisamente, terrenos a Ortiz en su controvertido Plan de Rabassa”
En cualquier caso -recuerda Rosser- los terrenos donde se pretende instalar Ikea tienen no sólo impedimentos de varios informes técnicos, sino la amenaza de dos procesos judiciales (Rabassa y Brugal respectivamente), en los que constan las negociaciones que en su momento llevaron a cabo Ortiz, Díaz Alperi y Castedo, tanto para la aprobación del Plan de Rabassa, como para las modificaciones en la Revisión del PGOU.
Es por ello que Rosser quiere destacar que el PP municipal vuelve a tropezar con la misma piedra que le llevó -por su empecinamiento- a un retraso sine die para el Palacio de Congresos, infraestructura definitivamente perdida para Alicante, al no cambiar su intención de instalarlo en las laderas del Benacantil. “Ahora -subraya Rosser- es el intento de favorecer el desarrollo del Plan Rabassa y a su promotor lo que mueve al PP municipal a intentar la instalación de Ikea, pese a los graves problemas técnicos que supone y los dos procesos judiciales pendientes”
Rosser insiste en que si se quiere la implantación de Ikea en Alicante -como así lo quiere el GMS- se debería dejar de querer favorecer intereses privados de algunos, y buscar una ubicación -con luz y taquígrafos- que permita que las obras empiecen cuanto antes y sin amenazas de retrasos.
