El MUBAG rinde homenaje a la ‘edad de plata del arte valenciano’ a través de una nueva exposición

El Museo Bellas Artes Gravina recupera la esencia de la pintura valenciana del siglo XIX a través de una nueva exposición compuesta por obras de artistas de la talla de Ignacio Pinazo, Emilio Sala, Francisco Domingo, los Benlliure o Joaquín Sorolla, entre otros. Un total de 50 trabajos procedentes del Museo Bellas Artes de Valencia componen esta muestra que permanecerá en el MUBAG hasta el próximo mes de febrero.

El diputado de Cultura Juan Bautista Roselló ha inaugurado esta mañana, acompañado por el responsable de Relaciones Externas del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana Nicolás Bujeda, esta exposición que profundiza en el periodo comprendido entre la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX, una de las épocas artísticas más destacadas en la historia de la pintura. Al acto han asistido también una de las comisarias de la muestra Alicia Izquierdo y la directora técnica del MUBAG Joserre Pérezgil.

La exposición permite ampliar y enriquecer los contenidos de la colección que actualmente se exhibe en el museo “El siglo XIX en el MUBAG. De la formación a la plenitud de un artista”, ya que ambas profundizan en la pintura del siglo XIX y establecen un diálogo centrado en el reconocimiento y la puesta en valor del legado artístico que dejaron los pintores valencianos, ha explicado Roselló, quien ha añadido que se trata de una herencia cultural de valor incalculable que hoy volvemos a situar en el lugar que le corresponde, cerca de los ciudadanos.

Bajo el título “Pintores de Entresiglos. Fondos del Museo de Bellas Artes de Valencia”, la muestra recoge una amplia variedad de géneros como el retrato, la pintura costumbrista, el bodegón, los paisajes o las marinas. A través de un completo recorrido por las tendencias artísticas y los lenguajes que ofreció el cambio de siglo, el visitante podrá conocer los aspectos más destacados del nacimiento del arte moderno; desde las formas clásicas y académicas, hasta la renovación de las pinceladas, el color, la luz y la influencia de la pintura europea en los jóvenes maestros.

Roselló ha señalado que este conjunto de obras deja ver una escuela valenciana llena de variedad, que evoluciona desde postulados todavía algo academicistas hasta una visión del arte próxima a la modernidad. Esa misma diversidad podemos encontrarla en los distintos géneros trabajados por los valencianos, que aparecen representados en la exposición, todos ellos del gusto de la clientela burguesa de la época.

Por su parte, Izquierdo ha manifestado que la exposición está compuesta por cincuenta obras pertenecientes a cuarenta artistas. En un primer ámbito aparecen representados aquellos pintores que destacaron como padres o pilares de la escuela valenciana a partir de los cuales, surgieron distintas generaciones. El recorrido continúa hacia un ámbito compuesto por obras de artistas nacidos entre los años setenta u ochenta y finaliza con la renovación que sufre el paisaje mediterráneo a partir del siglo XX.

La mayoría de los pintores de aquella época contaron con una formación común y una trayectoria profesional similar, al formarse en las escuelas de Bellas Artes y, posteriormente, obtener pensiones para ampliar sus estudios en París o Roma, donde observaron otras corrientes plásticas del momento que provocaron en ellos un cambio sustancial en la manera de concebir el arte.