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El GMS afirma que las exigencias de Ortiz son consecuencia del trato preferente que le han dispensando desde hace años los gobiernos municipales del PP

    Según Pablo Rosser, concejal responsable del Área de Urbanismo en el GMS, Ortiz, con las limitaciones para la instalación de otros comercios en la zona, solo persigue su beneficio económico en la relación contractual que mantiene con IKEA, a quien intenta garantizar, en régimen de monopolio, todas las expectativas comerciales del sector terciario en la zona.

    “La alfombra roja a Ortiz para el desarrollo del Plan Rabassa, permite ahora al constructor exigir mayores prevendas para su beneficio económico en detrimento del interés general” afirma Rosser, quien señala que el gobierno municipal del PP, obviando las numerosas objeciones de otras administraciones al Plan Rabassa, sigue hablando de una pronta implantación de ikea, “engañando a los ciudadanos y creando falsas expectativas de empleo en momentos de crisis” ha declarado el concejal tras conocer las nuevas exigencias de Ortiz para favorecerse de la implantación de Ikea en su Plan Parcial de Rabassa.

    Rosser subraya que las exigencias de Ortiz van en consonancia al presunto trato preferente que le ha dispensado desde hace años el PP municipal, de ahí que no resulte extraño que le plantee un nuevo pulso al Ayuntamiento. “No es de recibo, sin embargo, que después de la escandalosa aprobación provisional de la tramitación plenaria de hace unos meses, con más de una decena de administraciones públicas planteando objeciones, ahora el empresario de una vuelta de tuerca más en la tramitación” afirma el edil socialista.

    El único fin de Ortiz, según declara Rosser, es garantizarse el beneficio económico en la relación contractual que mantiene con IKEA al intentar asegurarle todas sus expectativas comerciales de monopolio del sector terciario en la zona. Circunstancia que está fuera de toda lógica en una sociedad de libre mercado y de la libre competencia “Una aceptación, por lo tanto, de esas exigencias -ya contestadas en primera instancia técnicamente- dejarían al gobierno municipal, una vez más, como mero títere de un Ortiz que se creería por encima de la soberanía popular y de las instituciones, aclara Rosser.

    Dichas exigencias, además, crean, según Rosser, una paradoja de difícil solución al PP municipal, ya que el Plan Rabassa se tramitó fuera del PGOU vigente y el revisado está aun sin aprobar, con lo que el Ayuntamiento no cuenta con todas las "armas" necesarias para contrarrestar la presión del Urbanizador. “¿Estaría esta "ventaja" de Ortiz en las negociaciones que, hoy sabemos por el Sumario del Brugal, existieron entre las máximas autoridades municipales del PP y Ortiz?” se pregunta Rosser.

    Por último, Rosser quiere hacer ver que, pase lo que pase con esta nueva pretensión del Empresario, el Gobierno municipal del PP sigue intentando "vender" a los alicantinos y alicantinas que IKEA se implantará en breve en Alicante (Rabassa) circunstancia de todo punto falsa, como quiera que la tramitación administrativa para la aprobación definitiva del Plan Rabassa no lo puede hacer posible. “Basta ya de usar la actual situación económica y el drama del desempleo para "colar" Ikea por la puerta de atrás” concluye Rosser.

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