Cabré: “La Generalitat ofrece atención y formación a los menores en situación de desamparo para facilitar su plena integración en la sociedad”

El conseller de Justicia y Bienestar Social, Jorge Cabré, ha afirmado en Alicante que “la Generalitat, en colaboración con congregaciones como las Hijas de la Caridad, cubre las necesidades de los menores en situación de desamparo, ofreciéndoles la atención y la formación adecuada para facilitar su plena integración en la sociedad”.

Cabré, que ha realizado una vista al centro de acogida Margarita Naseau, gestionado por las Hijas de la Caridad, mediante un concierto con la Conselleria de Justicia y Bienestar Social, ha alabado la labor que realizan estas religiosas, “que dan a los niños todos los cuidados que necesitan, así como todo su cariño, algo fundamental para que crezcan felices y sin carencias afectivas”.

Este centro de acogida está destinado a menores de entre 0 y 6 años, y dispone de seis plazas, en virtud del concierto entre ambas instituciones, que se extiende hasta el 30 de noviembre de 2013.

“El trabajo de las Hijas de la Caridad en favor de los más necesitados es encomiable y desde la Generalitat queremos expresarles nuestro mayor reconocimiento, admiración y apoyo”, ha afirmado el conseller.

Cabré ha recordado que en la actualidad la Generalitat tiene la guarda y/o tutela de más de 4.100 menores, de los que más de 1.200 se encuentran en centros de acogida y el resto, en acogimiento familiar.

Alojamiento y atención integral
En total, el sistema de protección de la Generalitat dispone de 92 centros y 1.267 plazas: 43 centros en Valencia, 38 en Alicante y 11 en Castellón. Todos ellos acogen a menores con medidas administrativas de protección que reciben alojamiento, manutención, educación y atención integral.

El conseller ha explicado que, si bien la mejor respuesta es un hogar para cualquier menor, “también la medida de acogimiento residencial es la adecuada para muchos niños que se encuentran en el Sistema de Protección, aunque sea de carácter temporal”.

En este sentido, se ha referido a algunas circunstancias especiales que recomiendan el acogimiento residencial, como es el caso de menores discapacitados o con problemas de salud que requieren de cuidados especializados. También los grupos de hermanos que conviene mantener juntos pero que por su número o heterogeneidad son difíciles de acoger en familia, así como las separaciones de muy corta duración en las que introducir figuras de apego distintas a la familia puede generar conflicto en el menor.