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El movimiento ciudadano realizará una nueva asamblea en el salón de Bancaja de l’Alcora y Greenpeace confirma su asistencia a la manifestación de Valencia

El movimiento ciudadano realizará una nueva asamblea en el salón de Bancaja de l’Alcora y Greenpeace confirma su asistencia a la manifestación de Valencia
    El grupo de Participación Ciudadana 2.0 No a la incineradora, anuncia una nueva asamblea para el martes 18 de octubre a las 20’30 en el local de Bancaja de l’Alcora. Asimismo se confirma la participación en la manifestación de Valencia del sábado 22 de octubre de Greenpeace

    El Grup de Participació Ciutadana 2.0 ha conseguido que la organización internacional Greenpeace confirme su asistencia en dicha manifestación en protesta por la política medioambiental de la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, basada en la incineración indiscriminada de residuos, y por la instalación de una incineradora de residuos tóxicos y peligrosos a tan sólo 3 kilómetros de L´Alcora.

    El Grup de Participació Ciutadana 2.0, que opera principalmente desde Facebook y Blogger, lanzó la pasada semana una campaña de movilización ciudadana para lograr que organizaciones como Greenpeace apoyasen las acciones que se están tomando contra la política incineradora de Concelleria y contra la instalación de la incineradora de Reyval. La respuesta de Greenpeace no se ha hecho esperar. Ayer los representantes de la organización en Castellón y esta mañana los responsables de Valencia han enviado sendas cartas de apoyo a las acciones emprendidas desde L´Alcora, Figueroles, Moró y el resto de pueblos afectados por la incineradora de residuos tóxicos y muy peligrosos que pretende instalar la empresa Reyval Ambient..

    La capacidad para movilizar a la ciudadanía a través de las redes sociales y los blogs ha demostrado nuevamente su efectividad en este conflicto. Ahora el grupo está pensando en llevar a cabo acciones para movilizar también al sector empresarial, que permanece en silencio desde que empezó el grave conflicto. Su idea es que las empresas del sector afectado muestren su rechazo a la incineradora de Reyval y a la incineración de residuos en base a la existencia de otras posibilidades no tan perjudiciales para la salud medioambiental, económica y humana de la zona.

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