Centenares de niños y niñas recibieron a Papá Nöel en Alboraya

Gritos, risas, villancicos... esa era la banda sonora que se podía escuchar el día 24 por la tarde en el centro del pueblo. Muchísimos niños se concentraron alrededor de la casa Conde Zanoguera para dar la bienvenida a Papá Nöel.

Un trineo arrastrado por dos renos de luz alertó al público de que el ansiado momento había llegado. Papá Nöel estaba en Alboraia y el público se abrió formando un pasillo y los padres y madres cargaban en brazos a los más pequeños que no querían perder detalle. La espera había valido la pena. Todos miraban boquiabiertos a ese hombre de barriga gorda y barba blanca que los tiraba caramelos y repartía saludos.

Después de corresponder a todo aquel que se quiso acercar para decirle hola o hacerse una fotografía, cargado con su saco lleno de regalos, entró a la casa CondeZanoguera donde lo tenía todo a punto. Allí dos ayudantes lo asistían para recibir, uno por uno, a todos los pequeños que habían hecho cola impacientes. Después de saludarlos, les daba su correspondiente regalo. Los niños posaban atónitos para la foto que los recordaría por siempre ese momento mágico.