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El Ayuntamiento de Alboraya recupera la piscina municipal de Port Saplaya después de dos años sin servicio

El Ayuntamiento de Alboraya recupera la piscina municipal de Port Saplaya después de dos años sin servicio

    El Ayuntamiento de Alboraya ha conseguido dar servicio a los vecinos con la apertura de la piscina municipal de Port Saplaya después de dos años cerrada.

    El concejal de Playas y Turismo, Julián Ballester, ha señalado que “era importante llegar a tiempo en su apertura para poder dar un servicio a los vecinos de Port Saplaya después de varios años sin tenerlo. Además hemos intentado sacarle rentabilidad al servicio para que saliera al menor coste al consistorio”.

    Ballester ha subrayado que “ha costa mucho esfuerzo y dedicación sacar adelante este servicio porque al estar parada la piscina varios años había que hacer una inversión para su puesta a punto importante que ha sufragado la empresa adjudicataria”.

    El concejal de Turismo y Playas ha explicado “que la piscina se le ha concedido a un emprendedor que presentó un proyecto de rehabilitación y renovación de las instalaciones ahorrando de esta manera costes al ayuntamiento. De hecho si antes el coste global de la piscina le suponía al ayuntamiento casi 30.000 euros, ahora durante los tres meses estivales el Ayuntamiento de Alboraya va a dar el servicio por 1.200 euros”.

    Ballester ha puntualizado que “se trataba de rentabilizar el servicio a la vez que se benefician los vecinos. De este modo a la piscina se le ha querido dar un nuevo carácter y más servicios. Por el día es una piscina de ambiente familiar y por la tarde-noche servirá de lugar tranquilo para tomar algún refresco y escuchar música Chill Out . Además cuenta con un mobiliario cómodo y unas vistas al mar incomparables”.

    comentarios 2 comentarios
    Celles
    Celles
    17/09/2013 10:09
    Al socorrista se le ha subido el negocio a la cabeza.

    Estuve la semana pasada con unas amigas, nada más llegar ya estaba el socorrista (Uruguayo) mareandonos con las "reglas" de la piscina. Después de haber pagado la entrada, haber comprado el almuerzo allí, las bebidas, café ect, sacamos unas Uvas y viene y nos dice que no se puede comer nada que nos e haya comprado dentro ( por favor, eran unas Uvas, no una paella), pero no le bastó con eso, y comenzó a preguntarnos si el Café lo habiamos comprado allí, porque según él, el vasito no le sonaba del sitio, preguntó lo mismo con respecto a las fantas que nos estábamos bebiendo. Nos pareció algo tan patético y absurdo, si tienes un negocio, lo último que puedes hacer es ir a preguntarle a los clientes si lo que están consumiendo lo han comprado allí ( cuando él incluso nos vió comprando el almuerzo) Mis amigas y yo no volveremos al sitio, y ese día nos pilló en plan jiji jaja, porque si hubiésemos sido otras, lo hubiéramos mandado a freir espárragos y hubiesemos puesto una queja.

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