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Alboraya disfruta de una exposición fotográfica del pueblo a principios del siglo XX gracias a la familia Vilar

Alboraya disfruta de una exposición fotográfica del pueblo a principios del siglo XX gracias a la familia Vilar
  • “L’hort dels Vilar, imatges del nostre passat” se podrá visitar en la Casa del Conde de Zanoguera hasta el 30 de noviembre

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El interés de esta exposición reside en múltiples vertientes. Por una parte se podrá observar la cotidianidad de una familia burguesa, los Vilar, que fueron los propietarios de una gran casa en Alboraya durante más de 100 años. También se puede ver como a través de la evolución de esta propiedad se puede rastrear en la historia de Alboraya los residuos de la propiedad señorial en el sistema de tenencia de la tierra y por último, descubrir a un autor desconocido, un fotógrafo aficionado, de los años 20 del pasado siglo, que merece ser tenido en cuenta: José Vilar Martínez.

La casa y el huerto estaban situados en la calle de las Fuentes, actual calle Colón. Durante uno años, la iglesia será la propietaria de la casa, pero los acontecimientos políticos y sociales del siglo XVIII y XIX, la desamortización, la eliminación de la enfiteusis... harán que la propiedad paso a la incipiente burguesía valenciana.

Así, la propiedad, de manos de diferentes presbíteros –Juan Bautista Herrero, Mariano Ortells, Vicente Llopis- y a través de diferentes transmisiones, compraventa, herencia, particiones o agrupaciones de bienes, llegará a la familia Vilar.

La ubicación de la casa era privilegiada, cerca de la plaza del pueblo, de la iglesia, y de las calles vertebradoras de la vida del Alboraya de entonces: calle Molí, Arbrets, Nou i Cabanyal. También estaba al lado del camí a la Mar i del camí al Barranc.

Contaba con un gran jardín y huerto urbano protegido de las vistas mediante tapias, con un carácter más o menos utilitario y suntuoso.

Las sucesivas riadas, y en particular la de 1957, dejan la casa en estado ruinoso, y la familia Vilar al no poder rehabilitarla opta por venderla.

La exposición, está integrada por más de 100 fotografías, y destacan entre ellas, las reproducciones de placas estereoscópicas (fotografías en tres dimensiones) realizadas entre 1910 y 1930, fotos de los años 50, e incluso una película en súper 8, que conjuntamente permitirán conocer la extraordinaria sensibilidad de este artista, su especial visión del paisaje y sus inquietudes artísticas.

A la calidad de las fotografías se añade su interés documental, porque las más de 100 imágenes constituyen un verdadero catálogo histórico del Alboraya de la primera mitad del siglo XX.

Además del tren, las calles, la playa, Vilar retrató también la gente de su tierra en su vida cotidiana y en sus manifestaciones populares, por lo que su obra constituye un documento de excepcional valor. Se observa la misma estética y actitud que los paisajes de Sorolla.

Además, Vilar retrata su familia y a todos los que compartían con ellos la vida cotidiana en la casa de Alboraya, también observamos escenas en el mar como la pesca del toro y las vendedoras de pescado.

La obra fotográfica de Vilar atrae por su belleza, pero también por su perfección técnica. En ellas se recoge la fuerza de la tierra y una historia sembrada de nostalgias que siempre hace muesca en nuestro espíritu.

Por otro lado, seguro que en esta exposición muchos recordarán alguna parte de su pasado, de su infancia, de la calle de las Fuentes, de la vía churra, de la huerta de Alboraya, y otros, los más jóvenes, descubrirán una parte de nuestra historia completamente desconocida, hasta el momento, para ellos.

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